Ingrid Sartiau, 48 años y dos hijos, es una mujer de apellido afrancesado, aunque ella es una flamenca de la localidad de Kruibeke, no muy lejos de Amberes. El miércoles recibió una avalancha de llamadas de medios de comunicación y personas afines tras conseguir que el Tribunal Supremo admitiera a trámite una demanda de paternidad contra el rey Juan Carlos presentada por ella.
Su madre, Liliane Sartiau, que supuestamente mantuvo relaciones en 1965 con el entonces príncipe Juan Carlos en un hotel de la Costa del Sol, según un acta notarial firmada por la propia Liliane, tiene 81 años y se mantiene alejada de los focos. “Ella es consciente de todo y creo que hoy está muy contenta por mí”.
Sartiau ha aceptado atender a eldiario.es para una entrevista que responde al teléfono desde su casa en Bélgica.
¿Qué es lo que busca con la demanda?
Sencillamente, busco el reconocimiento de paternidad.
Si se reconoce la paternidad de Juan Carlos I, ¿reivindicará sus derechos sucesorios?
No, no me interesa.
¿Y alguna compensación económica?
Tampoco. Solo me interesa el reconocimiento.
¿Pedirá la comparecencia del rey Juan Carlos como testigo de llegar a celebrarse el juicio?
Sí. Absolutamente.
¿Por qué?
Porque creo que merece la pena hacerle venir para que conozca y reconozca a su hija. Voilà.
¿Ha hablado con alguien de la Casa Real?
No. Con nadie.
¿Ha recibido algún tipo de presión?
No. Ningún tipo de presión.
¿La han contactado para ofrecerle algún pacto o acuerdo y así evitar el juicio?
Nadie me ha contactado para tal propósito. Ni la Casa Real ni cualquier otra institución.
¿Por qué cree que no ha prosperado la demanda de [su supuesto hermanastro Albert] Solà?
¿La demanda de Alberto ha sido rechazada?
Sí. Y ustedes dos contrastaron su ADN en 2011, ¿no es verdad?
Así es. Hicimos un test a través de la KUL [Universidad Católica de Lovaina] que revelaba un 91% de probabilidades de descender del mismo padre. Qué raro.
¿Usted cree que Albert Solà es su hermanastro?
A ciencia cierta, eso no puedo saberlo. Sé lo que arrojó el test. Antes pensaba que sí, pero no lo sé. Todavía no sé por qué ha sido rechazada su demanda.
La Fiscalía dice que usted reconoció en una carta que presentaba la demanda por presiones de [su supuesto hermanastro Albert] Solà y de los medios. ¿Es verdad?
En cierto modo, sí. Mi objetivo siempre ha sido confirmar quién era mi padre, y no hacer de esta historia un asunto mundial ni descubrir quiénes son mis hermanos. Cuando me reuní por primera vez con Alberto, todos los medios de comunicación ya estaban detrás presionando.
Pero ¿también hubo presiones de Albert Solà?
Bueno, de alguna manera, creo que también. Creo que él ha utilizado la historia de la hija no reconocida en Bélgica para sacar partido del asunto.
¿El hecho de tener una madre biológica reconocida –a diferencia de Albert Solà, entregado en adopción– ha sido determinante?
Tiene lógica. No se sabe quién es la madre de Alberto. Y en mi caso, sí.
Usted dijo al diario Le Soir que no supo quién era su supuesto padre hasta hace 12 años y por casualidad…
Así es. Estábamos viendo la televisión, apareció Juan Carlos y ella dijo: ‘Mira, ahí está tu padre’. No presté atención.
Y hace tres años tuvo una discusión con su madre sobre esta cuestión.
Sí. Tuvimos una conversación de tú a tú porque ella siempre se guardó el secreto. Nunca quiso revelarlo a los medios ni hacer daño a la monarquía española.
¿Su madre es consciente de todo lo que pasa?
Sí, ella es consciente. Y creo que hoy está contenta por mí.
¿Qué opinión tiene de la monarquía española?
Para mí es una pregunta muy difícil. La monarquía en España tiene una historia muy compleja.
¿Es usted republicana?
¡Para nada! [ríe]. Soy completamente monárquica.