En menos de siete días, centenares de personas han rodeado en tres ocasiones la sede de la Delegación del Gobierno en Barcelona, en la calle Mallorca, para pedir la dimisión del presidente Mariano Rajoy, salpicado por las revelaciones del caso Bárcenas, y para exigir "que se vaya la mafia", en referencia a los casos de corrupción que afectan a los partidos de gobierno en todo el Estado. Las dos primeras concentraciones, el domingo y el lunes pasados, terminaron ante la sede del PP. Esta vez también, pero los manifestantes han optado por visitar por el camino el edificio de CiU, partido al que también consideran mafia, después que el juez del caso Palau concluyera recientemente que la federación cobró cimisiones de Ferrovial a cambio de adjudicar a la constructora obras públicas.
Las cerca de mil personas que a las 20 h han respondido a la convocatoria, bajo el nombre en todo el Estado de "barbacoa de chorizos", han marchado por todo el barrio del Eixample durante casi una hora, desde la calle Mallorca hasta Córsega, donde se encuentra la sede de CiU, para luego dirigirse a la del PP, en la calle Urgell. A las 21.30 h la concentración llegaba precisamente a la sede de los populares.
A pesar de la parada en CiU, la concentración ha contado con los mismos ingredientes que en los días anteriores, aunque quizás con un poco más de afluencia. Estaban los activistas de la PAH, siempre entre los más alborotadores, y también el colectivo de Iaioflautas y los afectados por las preferentes. Abundaban en esta ocasión las banderas republicanas, dado el aniversario del alzamiento franquista, y entre los lemas más repetidos, sin duda: "¡Rajoy y Cospedal, a Soto del Real!", además de los gritos exigiendo la dimisión al presidente.