Luis Bárcenas, Francisco Correa, el Bigotes… Los nombres de los protagonistas de los casos de corrupción más mediáticos son de hombre. Las mujeres aparecen en dos papeles: la política sospechosa de estar implicada (Ana Mato, Magdalena Álvarez) y la “esposa de”. En ambos casos, no se transmite la posibilidad de que sean ellas las líderes de la trama, son o meras acompañantes o “salpicadas” por el escándalo. Ante la prensa y la justicia, unas y otras tienden a afirmar que no saben nada de los negocios con los que se las asocia, con frases como “yo sólo hice lo que me mandaban” o “eso lo lleva mi marido”, como han declarado en los tribunales tanto la esposa de Correa como la de Bárcenas.
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