El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, ha defendido este martes ante el Pleno del Congreso que su proyecto de Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) es "una reforma parcial" de la actual Ley Orgánica de Educación (LOE) que "toca únicamente" los artículos "que han acreditado en su aplicación que no resuelven las principales debilidades" del sistema, un total de 57.
Wert se ha expresado así en el debate de las once enmiendas a la totalidad planteadas contra la LOMCE por todos los grupos parlamentarios de la oposición, con los diputados de Izquierda Plural luciendo las camisetas de la 'marea verde'.
La sesión, que se ha celebrado en el Senado porque el Congreso está en obras, ha sido además, interrumpida en hasta tres ocasiones por el revuelo entre los diputados de la oposición, a quienes el presidente y la vicepresidenta del Congreso, Jesús Posada y Celia Villalobos, han llamado alternativamente la atención. Se ha producido durante la primera réplica del ministro, en la que ha cargado contra los distintos grupos intervinientes por la "ignorancia palmaria" que, en su opinión, han mostrado respecto de la LOMCE.
"¿Debo entender, señorías, que el ejercicio de ignorancia palmaria sobre el contenido de la ley que han exhibido la mayor parte de los oradores obedece a pereza mental y falta de deseo?" ha planteado el ministro, dejando la pregunta en el aire ante la intervención de Celia Villalobos, que ha interrumpido para acallar el revuelo del hemiciclo pidiendo a los diputados que "demuestren el nivel de educación que tienen" y que "escuchen incluso lo que no comparten, que no es malo".
El ministro ha sugerido además, si "la condición estrictamente de devolución de las enmiendas que han planteado los grupos implica que consideran que el estado de la educación en España es suficientemente bueno como para no aceptar un cambio en las reglas del juego" o es que acaso "son incapaces de plantear una alternativa a este estado de las cosas".
No obstante, en su segundo turno de réplica y ante las quejas del portavoz socialista, Mario Bedera; y del PNV, Isabel Sánchez Robles, el ministro ha matizado que "la referencia a la ignorancia palmaria no era en general sino relativa al contenido de la ley" y ha señalado que, si alguien se había sentido ofendido, retiraba "inmediatamente" su afirmación.
Reforma pudiendo derogar
Durante su exposición, Wert ha destacado que el proyecto "no ha salido de la nada" sino que modifica 57 de los 157 artículos de la vigente LOE y añade ocho, así que, "en términos cuantitativos, su condición de reforma parcial está clara". Además, ha esgrimido este carácter reformista frente a la actitud del PSOE, "una de cuyas primeras medidas" al llegar al poder en 2004 fue "la derogación" de la Ley de Calidad de Educación. "Fíjense qué disposición al diálogo y qué disposición al consenso", ha ironizado.
El ministro ha defendido de las críticas de la oposición aspectos de la norma como las evaluaciones externas, que en ESO y Bachillerato serán necesarios para titular. "No se trata de obstáculos para evitar la progresión de los alumnos. No son reválidas porque su orientación es de señalización, no punitiva", ha asegurado, para incidir en que el único indicador actual es la selectividad y se produce cuando los alumnos ya han dejado el sistema.
Ni recorte de derechos ni desmantelamiento de la pública
Wert ha afirmado que en la ley "no hay ningún recorte de derechos" como menciona alguna de las enmiendas de totalidad y ha negado que persiga el desmantelamiento de la escuela pública. "Tendría que ser mucho más insensato de lo que ustedes creen que soy para desmantelar un sistema que da cobertura al 70% de nuestros estudiantes", ha señalado, para incidir en que "más bien es exactamente lo contrario".
Según ha explicado, la LOMCE persigue tres "objetivos transversales: aumentar la calidad de la enseñanza, disminuir la tasa de abandono escolar y mejorar de forma significativa la empleabilidad de los jóvenes". "No podemos pretender que manteniendo el mismo marco normativo los resultados cambien. Pretender seguir con un sistema educativo que deja en la cuneta a uno de cada cuatro alumnos no parece lo propio de un país que se preocupa por sus ciudadanos", ha señalado.