Odias las listas con lo mejor del año. No pasa nada, nosotros también. Pero reconozcamos que tienen un valor incontestable: como excusa. Como excusa para recordar, recuperar, reivindicar, defenestrar o ponerte en plan pasivo-agresivo.
En este caso, emplearemos la inevitable lista de 2014 para escarbar en los últimos 365 días y recomendar los juegos que (casi) nadie ha recomendado aún: juegos de alto presupuesto que merecían mejor suerte, producciones independientes que pasaron bajo el radar, experimentos lúdicos sin precedentes. Las rarezas y los rebeldes: los diez juegos que se olvidaron de recomendarte.
Nidhogg (Messhof): PC, Mac, Playstation 4, Vita
La estética pixelada y las partidas de apenas un par de minutos son solo una pista de a dónde apunta este videojuego que, como tantos otros indies de los últimos años, mira al pasado en busca de las esencias del medio. En este caso, recuperando el combate multijugador, pero no mediante complejas arquitecturas on-line, sino a través del viejo y entrañable duelo a codazos en el mismo teclado.
En Nidhogg, dos espadachines pixelados se enfrentan en un duelo fulminante repleto de acrobacias realistas, carreras furiosas y finales épicos con gusanos gigantes incluidos. Una febril reivindicación de lo que realmente nos importaba hace no demasiado.
Monument Valley (Ustwo): iOS, Android
Lejos de las ruidosas exhibiciones de músculo tecnológico de las grandes consolas y los superordenadores, juegos como Monument Valley plantean una alternativa: puzles en los que no hay límites de tiempo trepidantes, acabados gráficos en los que el virtuosismo no está reñido con la sencillez, trabajos en los que cada aspecto (del planteamiento de base a la banda sonora) está estudiado al milímetro.
En este caso, el punto de partida no es nuevo (las posibilidades para plantear enigmas 3D se plantearon hace unos años y de forma algo más compleja en Echochrome), pero el cálido homenaje al inmortal y cada vez más moderno MC Escher, así como la atmósfera plácida y evocadora del juego, lo convierten en uno de los juegos más rotundamente perfectos del año.
Kentucky route zero (Cardboard Computer): PC, Mac, Linux
Fundado a través de crowdfunding, esta aventura gráfica episódica ha sido una de las grandes sorpresas del año. Extraña, clásica, desconcertante, con un fuerte componente artístico y experimental, ha recogido elogios por todo el mundo a partir de un argumento sencillo y misterioso: un camionero tiene que atravesar la misteriosa ruta del título para entregar unas antigüedades, y conocerá en el proceso a todo tipo de estrafalarios lugareños.
El resultado, extravagante y meta-referencial, obligará al jugador a replantearse las convenciones del medio con sus citas a Muerte de un viajante y a Tarkovsky, entre otros, y que paradójicamente, debido a la sencillez de su manejo y a su ausencia de puzles y desafíos tradicionales, es perfecto para iniciarse en el sector más artie e independiente de los videojuegos.
Mountain (David O'Reilly): PC, Mac, Android, iOS
Si 2013 fue el año de Journey, la maravilla contemplativa, paisajística y zen de Playstation, 2014 ha sido el de Journey, que deriva hacia la experimentación y el desafío artie, como no podía ser de otro modo viniendo de O'Reilly, creador del videojuego con el que Joaquin Phoenix trasteaba en Her, la película de Spike Jonze.
Esencialmente, en cada partida de Mountain se genera una montaña que es como un Tamagotchi descomunal con el que se puede dialogar de forma muy rudimentaria a través de crípticos mensajes sin significado claro y a la que se puede alimentar, oírla cantar y ver crecer hasta que, en algún momento, perece.
El juego no explica nada porque nada hay que explicar, y las conclusiones válidas sobre la experiencia, de interacción reducida al mínimo, son las que sean válidas para el jugador. Y por eso es uno de los juegos esenciales de este año.
Super Time Force (Capy): PC, Xbox 360, Xbox One
Cada vida que perdemos en un videojuego es, en realidad, un viaje en el tiempo a un momento inmediatamente anterior a la muerte y una nueva oportunidad de hacerlo mejor. Super Time Force agarra ese concepto de semiótica esencial del medio y lo literaliza, haciendo que cada muerte en este juego de acción y plataformas en 2D genere, de hecho, un viaje en el tiempo... donde no desaparece nuestro yo del pasado.
Así se entra en un bucle de eternas resurrecciones a las que se van sumando las sucesivas vidas de cada héroe, generándose un caos balístico que es auténtica poesía de la violencia pixelada. Un sentido del humor cáustico y deliberadamente tontorrón son la guinda para uno de los juegos de acción más infecciosos y redondos del año.
The Banner Saga (Stoic): PC, Mac, iOS, Playstation 4, PS Vita, Android
Uno de los juegos más genuinamente épicos del año es este título de estética digna de superproducción de dibujos animados de los setenta y un estilo de juego que mezcla el rol y la estrategia por turnos, dos géneros ausentes de los grandes presupuestos en sus vertientes más duras.
Dioses resucitados, humanos más grandes que la vida misma, estoicismo vikingo... todo ello se da cita en un juego que voluntariamente se orienta hacia la mitología nórdica para poder tirar de épica prescindiendo de los ya desgastadísimos orcos, elfos y demás tópicos de la fantasía heroica. Una muestra más de elegancia de uno de los juegos a la vez más clásicos y novedosos de 2014.
Threes! (Sirvo): iOS, Android, Xbox One
Este sencillísimo juego de puzles numéricos ha sido definido por parte de la prensa especializada como el paradigma de juego perfecto para dispositivos móviles. No es difícil entender por qué: reglas que se entienden en segundos pero en las que se puede profundizar durante días, diseño exquisito, partidas rápidas, música pegadiza, precio ridículo.
El jugador debe ir uniendo fichas en un tablero de cuatro por cuatro huecos según vayan mostrando múltiplos de tres coincidentes entre sí. Una idea demoledora que fue concebida en una noche pero que tardó en alcanzar su forma definitiva, tras múltiples prototipos y mutaciones, medio año.
Una prueba más del mimo hasta en los detalles más nimios de este Threes!, uno de los juegos más injustamente plagiados del año hasta el punto de que algunos de sus clones son más famosos que el original. Pero lo cierto es que esa melodía de piano, para qué negarlo, es inimitable.
Wolfstein: The new order (MachineGames): PC, Playstation 3, Playstation 4, Xbox 360, Xbox One
Un remake del pionero de la acción en primera persona adaptado a los hiperrealistas nuevos tiempos que es un ejemplo de arrolladora honestidad como se han visto pocas este año (aunque forma parte de una clara tendencia a la que pertenecen muchos de los mejores lanzamientos de 2014: Bayonetta 2, Alien: Isolation, The Evil Within... juegos que, sencillamente, no se arrepienten de ser lo que son).
Wolfenstein tiene claro que viene envuelto en ropajes que son puro detritus cultural: nazis distópicos dueños de tecnología futura, robots gigantes, héroes y villanos que se acogen religiosamente a todas las tópicas exigencias del guion... Y sin embargo, Wolfenstein decide ser, simplemente, Wolfenstein, y no traicionar el recuerdo imborrable que todos tenemos de la entrega fundacional, Wolfenstein 3D: el jefe final era un Hitler mecánico descomunal.
The New Order no solo consigue estar a la altura de ese loco legado, sino que lo hace desplegando unas mecánicas de shooter en primera persona divertidas, sencillas y directas. Un logro.
P.T. (Kojima Productions): Playstation 4
No exactamente un videojuego independiente, sino un teaser interactivo para el futuro Silent Hills, la nueva entrega de la mítica franquicia de terror dirigida en esta ocasión por el dream team de Hideo Kojima y Guillermo del Toro. A diferencia de la mayoría de las demos técnicas, ésta no pretende desplegar exhibicionismo técnico, sino plantear una atmósfera que aún no se sabe si tendrá continuidad en el juego.
Un pasillo que se repite una y otra vez y una radio que emite, entre interferencias y psicofonías (una constante en la serie) la trágica historia de una familia aniquilada por el padre. EL resultado, inquietante y rebosante de enigmas, es uno de los mejores juegos de terror del año pese a su brevedad, y uno que demuestra, junto al monumental Alien: Isolation, que quizás nos esperen tiempos estimulantes para el género.
This War of Mine (11 bit Studios): PC, Mac, Linux
En un año en el que una de las convenciones más arraigadas de los videojuegos, el papel de las mujeres en los juegos y la industria, está poniéndose en duda a causa de los acontecimientos relacionados con el #gamergate, llegan también una serie de juegos que se atreven a discutir la épica de los conflictos bélicos.
This War of Mine, ambientado durante el asedio de Sarajevo, aplica los códigos de los juegos de rol, aventura y estrategia a la mera supervivencia de los civiles, víctimas sin armas ni medios para protegerse que deben mejorar sus refugios, curar a los heridos, esquivar a los francotiradores y, durante la noche, salir en busca de provisiones y comida sabiendo que se pueden encontrar con otros supervivientes y que su relación con ellos no tiene por qué ser especialmente pacífica.
La moraleja: habrá que hacer pequeños sacrificios porque es imposible que todos los inocentes sobrevivan. El Game Over es casi inevitable.