El maquinista del tren Alvia accidentado en las proximidades de Santiago de Compostela el pasado 24 de julio, en el que murieron 79 personas, reconoció desde el primer instante su responsabilidad en la tragedia. Pero también recordó que él mismo había advertido con anterioridad a los responsables de seguridad de Renfe de la peligrosidad de la curva de Angrois.
Francisco José Garzón mantuvo una conversación telefónica de cuatro minutos de duración con Renfe cuando todavía estaba atrapado en la cabina del Alvia siniestrado. "Ya le dije al de seguridad que un día nos íbamos a despistar y nos la íbamos a tragar", asegura Garzón entre lamentos por el destino de los viajeros del tren: "Pobres viajeros. Ojalá no haya ningún muerto, mi conciencia…".
En el audio de la conversación, que hoy publica el diario El País, el maquinista reconoce que iba despistado en el tramo y que entró en la curva a 190 kilómetros por hora en lugar de a los 80 que marcan las señales, aunque carga contra el trazado: "No puede ser que hagan estas cosas".
