Pues ni idea, no había oído nunca su nombre, pero no pongo en duda su excelencia. Lo que me llamó la atención es otra cosa. Como imagino que le pasa a muchos, en los diarios hay titulares que te agarran por las solapas y te empujan a seguir leyendo. “Lo que yo piense no puede interferir en mi trabajo”, leí y me quedé atónito. Me pregunté qué trabajo tan irrelevante y mecánico podría tener esa persona para que ni la sombra de un pensamiento se atraviese nunca entre ella y lo que hace o le mandan hacer. Claro que a lo mejor es al contrario: qué pensamiento tan inocuo, tan inane, tan para poco será el que desaparece durante el horario laboral. Y resulta que esta persona, Mónica Terribas, es periodista, y además afirma: “Nunca he explicado lo que pienso o lo que voto. En ningún sitio. No lo encontrará publicado en ningún lado.”
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