“Vaya a donde vaya, todo el mundo acaba encandilado de ella… Eso sí, es muy de peñón fijo ¿eh? Cuando dice que no, es que no”. María Luisa Alonso habla de Adama, una niña senegalesa de 10 años a la que acogió hace cuatro en su casa de Mieres -Asturias-. Ahora el Principado exige su regreso a Senegal, donde está su madre, quien cedió su tutela. La niña dice que no, que no se va. Llora a su madre por teléfono, llora a 'Maluisa', como ella le llama, y cotinúa con su vida en Mieres tratando de olvidar que el temido día puede llegar sin haber sido escuchada por la administración.
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