El Gobierno del Principado de Asturias se ha tomado unos días de vacaciones, pero se ha ido dejando sobre la mesa un anteproyecto de ley que restringe el consumo de tabaco mucho más que la normativa estatal. De hecho, prohíbe fumar no sólo en las marquesinas del autobús, sino que se extiende a todos "los espacios con cubiertas originados por el retranqueo de las fachadas de centros, establecimientos o lugares en los que se prohíbe fumar, cuando su profundidad sea superior a un metro". Es decir, algunas terrazas.
El anteproyecto de Ley del Principado de Asturias en Atención Integral en Materia de Drogas está en periodo de exposición pública para que se presenten todas las alegaciones oportunas antes del 16 de septiembre. El siguiente paso será llevarla a la Junta General del Principado para su aprobación en otoño. Es de esperar que se planteen quejas, tras la reacción del colectivo empresarial de hostelería. Los hosteleros argumentan que se han quedado fuera de juego con la futura normativa, y no entienden que Asturias apruebe una ley más restrictiva que el resto de España.
Este sector lleva meses solicitando al Gobierno que aplique un reglamento más laxo en las terrazas. Sin embargo, de salir adelante el anteproyecto, a los fumadores sólo les quedará la intemperie, ya que el tabaco quedará prohibido en terrazas que tengan cubierta. Y a los hosteleros, reclamar por su sector ante una futura ley que consideran "contraproducente".
Si los hosteleros critican al ejecutivo socialista, Izquierda Unida, que sostenta el ejecutivo de Javier Fernández, le recuerda que hay otras cuestiones medioambientales más dañinas que el tabaco, que están sin regular, y que el anteproyecto les parece "un acoso y una persecución a los fumadores". No es que IU esté en contra de la normativa estatal sobre el tabaco, sino que, en el caso de Asturias, "no tiene sentido penalizar el consumo responsable del tabaco en determinados espacios abiertos", como pueden ser las terrazas.
Los comentarios del coordinador general en Asturias de IU dejan claro que su formación política presentará alegaciones al anteproyecto de ley. Más cauto se muestra el PP, que se inclina por una normativa homogénea entre las Comunidades Autónomas y no entiende porque el Principado quiere posicionarse en esa "singularidad", que obliga al ciudadano a pensar dónde se encuentra "para fumar o no", y más si se habla de sanciones de más de 600 euros por infracción leve. Por otra parte, los populares han reconocido que todavía no han leído a fondo la propuesta de la Consejería de Sanidad.
Si fumar se pone difícil, también beber alcohol, aunque la iniciativa de elevar la edad a los 18 años ha sido aplaudida por todos. Asturias es la única Comunidad Autónoma donde se permite el consumo de alcohol a partir de los 16 años, lo que ha originado críticas y protestas por parte de colectivos de padres y organizaciones no gubernamentales ante el silencio de los anteriores gobiernos al respecto. Una vez se apruebe la ley, la edad pasará de los 16 a los 18 años, y a la espera de que esté en sintonía con la nueva normativa que está elaborando el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
La venta de alcohol a menores de 18 años se considera, en el anteproyecto de Ley, una falta grave que puede acarrerar, además de la multa, el cierre temporal, total o parcial de los establecimientos que incumplan con la futura normativa.
Para la elaboración del anteproyecto, el Gobierno de Asturias ha contado con la colaboración, entre otros, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la administración de Justicia, el sector educativo y organizaciones no gubernamentales especialistas en la reducción de riesgos en consumo de drogas o en tratamientos de deshabituación.