Hace unos meses, el diputado asturiano del PP, Alfonso Román, se vio envuelto en el escándalo de haber cobrado de forma indebida cantidades que van desde 56.400 hasta 96.600 euros en concepto de kilometraje, porque había asentado su residencia en un pueblo casi lindante con Galicia, Tapia de Casariego, cuando en realidad vívía en Oviedo. Esa cuestión suscitó la creación de una comisión de trabajo en la Junta General del Principado, que se encargaría de buscar una fórmula salarial que termine con el polémico pago de los complementos exentos del IRPF.
La nómina de los parlamentarios asturianos está integrada por una asignación base y dos complementos fijos mensuales, uno de 933 euros para gastos de manutención y estancia y otro de kilometraje, ambos libres de impuestos. Esta fórmula, que se contempla en la ley nacional en vigor desde 2006, implica que los representantes del pueblo están exentos de declarar más de un tercio de su sueldo. En la actualidad, los diputados facturan un millón de kilómetros al año por desplazamiento durante 360 días al año, lo que supone a las arcas públicas más de 170.000 euros; con unas ventajas fiscales que suponen un ahorro de hasta 8.000 euros anuales en el IRPF.
Una vez destapada la caja de Pandora, los portavoces de los cinco grupos políticos que conforman la Cámara han trabajado en el más estricto de los secretos, bajo el compromiso de no hablar hasta tener bien cerrada una cuestión tan delicada de cara a la opinión pública. A finales del mes de julio, alcanzaron un principio de acuerdo que situaría el sueldo de los diputados con dedicación exclusiva entre los 3.902 y 4.878 euros brutos al mes, similar al salario de un director general o consejero del Gobierno. De cualquier forma, los grupos saben que hay una línea roja que no pueden traspasar y son los 2.351.000 euros de la partida destinada para salarios.
Todos los grupos del arco parlamentario parecían aceptar esta nueva fórmula que tributa al IRPF y romper con los privilegios. Encargan a los servicios jurídicos de la Cámara que redacte el informe para su aprobación. Una solución negociada que implica una subida de 200 eruos al mes para compensar el incremento de las retenciones fiscales y suprimir el complemento de manutención y estancia.
A pesar del interés común, el parlamento asturiano se ha vuelto bipolar. Por un lado están los grupos que apoyan al Gobierno, PSOE, IU y UPyD, que quieren zanjar este tema de la mejor manera para atajar el malestar ciudadano hacia los privilegios de la clase política, y por otro los grupos que conforman la derecha, PP y Foro, que se dedican a paralizar las apuestan en común. Cuando todo parecía acordado, populares y la formación del ex PP Francisco Alvarez Cascos, se ausentaron de la Mesa que iba a aprobar el acuerdo y el único representante de UPyD, Ignacio Prendes, propuso ampliar la propuesta sobre la ya acordada y eliminar el pago del kilometraje a los diputados porque "es un privilegio sin justificación".
Foro rechaza de forma vehemente esta propuesta porque, a su juicio, representa un ataque al trabajo que realizan sus diputados en el terriotrio asturiano y fuera de él cuando viajan a Madrid u otros lugares. Y es que la dieta del kilometraje es un bosque frondoso donde cobijarse. El PSOE recibe 70.245 euros por este concepto, Foro 57.745 euros, el PP 52.745, IU 40.242 y UPyD 11.747.
Un asunto que iba a calmar la desafección que los ciudadanos tienen hacia sus representantes se ha vuelto en contra, ante el resultado fallido del acuerdo. Ahora el PP, quiere que durante el mes de agosto se retomen las negociaciones y los grupos se sienten para acordar el modelo de retibución de los parlamentarios asturianos, después de no asistir a la reunión de la Mesa que iba a probar la fórmula acordada.
De ahí que el presidente del Principado no soporte bien estos vaivenes y haya bajado a la arena para pedir transparencia y claridad y haga una llamada a los diputados para alcanzar un acuerdo en las retribuciones de los diputados. "Negociar, llegar a un acuerdo y no abandonar esa negociación".
