El accidente del tren Alvia en Santiago de Compostela es en primer lugar una enorme tragedia para todas las víctimas y sus seres queridos. Pero a la vez puede impactar en una de las industrias nacionales que mayor capacidad de crecimiento y de exportación ha demostrado en los últimos años: la de los más diversos componentes, materiales y servicio para la alta velocidad ferroviaria.
La patronal fundada para promover la expansión internacional de la tecnología ferroviaria española, Mafex, calcula que el sector nacional facturó 4.800 millones en 2012. De esta cifra más de la mitad, 2.800 millones, fue a la exportación. El centenar de empresas del sector da empleo a 18.000 personas.
Aunque otras grandes potencias del tren veloz como Alemania, Francia, China o Reino Unido también cuentan con episodios de siniestralidad en la reciente historia de sus caminos de hierro, la impactante imagen del Alvia saliéndose de la vía y golpeando contra el talud de cemento, que ha dado la vuelta al mundo, no es la mejor carta de presentación para las grandes licitaciones de proyectos que se avecinan.
Segundo sector exportador
El AVE y sus derivados como el Alvia, así como la industria que los rodea, se han convertido en los productores de bienes con el segundo mayor índice de crecimiento en el universo de la exportación española. Según el Icex, la clasificación de los diez sectores que más incrementaron su factura en las ventas exteriores en 2012 tiene como líder a los productos químicos orgánicos. El crecimiento de sus exportaciones fue del 35,8% con respecto a 2011. En segundo lugar se sitúa el material ferroviario, con un aumento también muy notable del 21,2%. Le siguen los abonos, las bebidas, la carne, la confección, la maquinaria industrial, los motores y las frutas y legumbres.
La que durante los últimos años de euforia nacional-ferroviaria se ha dado en llamar la “oferta del AVE español” se ha presentado con serias opciones de triunfo en los súperproyectos ferroviarios previstos para los próximos meses y años: el corredor de alta velocidad Río de Janeiro-Sao Paulo, el AVE de California o el tren veloz Moscú-San Petersburgo. Empresas nacionales han conseguido en 2011, 2012 y 2013 importantes contratos y aspiran a nuevas licitaciones en otros programas de implantación ferroviaria, como los previstos en países tan dispares como Israel, Australia, Arabia Saudí, Qatar, Tailandia, México o Argelia.
Fuertes inversiones
La fortaleza del nuevo tren español se ha sustentado en principio en las descomunales inversiones realizadas por el Estado español, con el apoyo de la Unión Europea, en la red ferroviaria en general, y en particular en el AVE. Se calcula que en los últimos 25 años se han gastado 63.000 millones en el ferrocarril. La mitad de esa cantidad, 30.822 millones, según Adif, se ha destinado al despliegue de la red nueva de 3.000 kilómetros de alta velocidad, de los que 2.400 están operativos.
Pero el ascenso de la industria ferroviaria nacional a la condición de primera potencia mundial se ha conseguido en los tres últimos años con sonados triunfos en el concurso del ‘AVE de los peregrinos’ entre Medina y La Meca en Arabia Saudí, y, con el protagonismo en la construcción de la red del tren veloz en Turquía.
Estos logros, sin embargo, son únicamente la punta del iceberg. La oferta ferroviaria española ha conseguido ser competitiva en todos los ciclos del proyecto ferroviario; la ingeniería, el diseño, la construcción de infraestructura, la oferta de trenes y el equipamiento de vía, la señalización, el control del tráfico, la operación, el tiquetaje, o la seguridad.
La lista de éxitos en los últimos tiempos es larga. En Europa Ineco diseña un tramo de la primera línea de alta velocidad de Reino Unido. Letonia ha encargado a CAF el suministro de 41 trenes. Alte suministra equipos críticos para los trenes que CAF suministra a la red alemana. Talgo diseña para los Ferrocarriles Rusos (RZD) coches de pasajeros para condiciones extremas de frío.
En Sudamérica destaca la adjudicación a CAF del suministro de 40 tranvías y la señalización para la ciudad brasileña de Cuiabá. Belo Horizonte ha contratado con CAF la fabricación de diez unidades de cercanías. Dimetronic ha instalado su señalización en el tren urbano de Sao Paulo. Indra se ha adjudicado el control de tráfico del Metro de Medellín en Colombia. Ineco ha ganado la realización del Plan Estratégico ferroviario de Ecuador. En Cincinati, Estados Unidos, CAF fabricará y mantendrá cinco tranvías.
En Asía, CAF suministrará 14 trenes para el metro de Calcuta. También en la India, la ingeniería Ardanuy ha conseguido la electrificación del metro de Nueva Delhi. Talgo construye trenes por 1.000 millones para Kazajstán.