El Ministerio de Fomento aclara que los viajes compartidos en coche particular en los que se repartan gastos no necesitan licencia para operar. La aclaración llega después de que ayer por la tarde el Ministerio emitiera una nota "recordando" que es "necesaria autorización para el transporte de viajeros en turismo por cuenta ajena mediante retribución económica". En principio, y aunque desde el Departamento de Ana Pastor declinan hablar de empresas o plataformas en concreto, el aviso estaría indicado para plataformas como Uber, que ponen en contacto a conductores con pasajeros y que están causando un fuerte revuelo en toda Europa. En su negocio sí media retribución económica con lucro.
Sin embargo, en principio la inspección de Fomento no afectaría a plataformas como Blablacar, que ponen en contacto a usuarios de coche que comparten gastos de viaje y no tiene ánimo de lucro ni conductores "profesionales". Con todo, la interpretación de la ley de Transporte Terrestre, que regula los viajes en turismos, no es la misma para todos. En marzo, la patronal del autobús, Fenebús, anunció su decisión de denunciar a la web por lo que considera "competencia desleal" y por haberle quitado casi un 10% de mercado a los autobuses.
BlaBlaCar ha emitido también una nota para despejar las dudas surgidas entre sus usuarios. En ella, aclaran que son "una plataforma para conectar personas particulares que permite compartir los gastos de un viaje en coche. No se trata de una retribución económica, sino de la compartición de los gastos asociados a ese trayecto en común. Por lo tanto ni BlaBlaCar ni los usuarios de BlaBlaCar, que solo comparten los gastos del viaje, se dedican al transporte de viajeros por cuenta ajena".
La propia plataforma se distancia de Uber y recuerda que "los usuarios de Uber ejercen una actividad profesional cobrando una retribución económica para llevar pasajeros dentro de la ciudad, en distancias muy parecidas a las de taxi".
La nota de Fomento llega en vísperas del paro patronal decretado por los taxistas de Madrid y de otras grandes capitales europeas para pedir la prohibición de la plataforma Uber. Por el momento, la Comisión Europea ha dicho que no puede prohibir plataformas como esta pero los taxistas pide que se persigan este tipo de actividades.
El transporte de viajeros requiere de una licencia administrativa y el conductor debe estar dado de alta en el impuesto de actividades económicas y en la Seguridad Social, además de tener todos los seguros de transporte de viajeros en regla.
La sanción para las empresas o personas que promuevan, oferten o presten estos servicios sin tener dicha licencia administrativa puede oscilar entre 4.001 y 6.000 euros, importes que aumentarían hasta los 18.000 euros en caso de reiteración.
La Comisión Europea ya se ha mostrado favorable a este tipo de plataformas, aunque en algunas grandes ciudades europeas, como Bruselas, se han prohibido. Los taxistas profesionales se quejan de que es una actividad remunerada que se lleva a cabo en la sombra y por la que no se paga impuestos, y dicen que no ofrece ninguna garantía a los clientes, mientras que los usuarios aseguran que es una forma más económica de viajar que además beneficia al medio ambiente.
"Nadie dice que los conductores de Uber no deban pagar impuestos, respetar las normas y proteger a los consumidores. Pero prohibir Uber no les da la oportunidad de hacer las cosas bien", señaló en declaraciones a Efe el portavoz comunitario de Agenda Digital, Ryan Heath hace unas semanas. Según Heath, este tipo de servicios innovadores dan a los consumidores una mayor variedad a precios más competitivos e impulsan el crecimiento económico y el empleo.
