Mariano Rajoy ha negado que supiera nada sobre la financiación en el PP con dinero negro ni sobre la reforma de la sede de su partido y se ha cubierto la espalda al afirmar: “Si hay algunas otras cosas que existen, yo, desde luego, lo desconozco”. El presidente ha asegurado que ya dio explicaciones cuando reconoció en el Senado que se había “equivocado” al confiar en Luis Bárcenas como tesorero del PP. Durante una entrevista en la SER, Rajoy ha vuelto a esquivar la cuestión de que envió SMS de apoyo a Bárcenas cuando ya se sabía que tenía millones en Suiza. “Yo, cuando esas cosas las mandaba, no sabía lo que sabemos”.
En materia económica, pocos minutos después de que se hicieran públicas las cifras de paro y afiliación a la Seguridad Social, el presidente se ha mostrado molesto con Pepa Bueno por recordarle la destrucción de empleo. “El mismo día no aumenta la Seguridad Social no me diga esto, dígamelo después o cuando me vaya. Seamos justos”, ha protestado.
Rajoy ha defendido que las cifras de paro no son para estar satisfecho, pero ha insistido en que no hay que ser “ni un optimista absurdo ni un cenizo”. Por dos veces ha repetido “quedémonos con la mayor” para convencer de que las previsiones del Gobierno mejorarán las de Bruselas y que lo importante es la ruptura de la tendencia. Aunque ha dicho tener el principio básico de que los españoles “siempre tienen razón cuando votan”, el presidente ha lamentado que la mayoría no comparta su optimismo: “A veces gente que parece como si no le gustara esto”.
Con continuas apelaciones a la herencia “de un país en quiebra”, ha subrayado que la deuda pública “empezará a bajar en 2017” y que al final de la legislatura “habrá menos paro que en 2011”. Rajoy ha insistido en que la bajada de la prima de riesgo y el aumento de las exportaciones “no son una marcianada” y que los ciudadanos notarán en sus bolsillos la mejora de la economía aunque de forma muy lenta.
Rajoy se ha escudado en el “recortazo monumental” decidido por Manuel Valls en Francia para defender que en España no se ha llegado a tanto “porque se ha dado la batalla por las pensiones y las políticas sociales”, pero ha admitido el sufrimiento y “la capacidad de resistencia de los españoles” antes de repetir que la situación mejorará y hay que estar “animado de cara al futuro”.
Preguntado por la reforma del aborto que planeaba y que niega el derecho a las mujeres a tomar la última decisión, Rajoy se ha mostrado dispuesto “a debatir” pero ha descartado la retirada completa. Su disposición a negociar algunos aspectos “para hacer una cosa razonable” ha sido todo lo que ha dicho, sin ninguna concreción.
Tampoco ha querido dar detalles sobre su casi nula relación con José María Aznar, después de la polémica sobre su participación en la campaña electoral del PP. “Mucho ruido y muy poquitas nueces” ha sido la frase para quitar hierro a la cuestión. El hecho de que el expresidente vaya a presentar finalmente a Miguel Arias Cañete en un foro periodístico esta semana le ha servido para justificarse.
