El abogado laborista Apostolos Kapsalis ha venido desde Atenas para participar como ponente en el congreso internacional antifascista que se celebra este fin de semana en Berlín. Kapsalis trabaja como investigador para la Confederación General de Trabajadores Griegos (GSEE) y lo tiene claro: "La gente que vota Amanecer Dorado en Grecia no son personas que hayan leído 'Mi lucha', de Hitler".
Según él, las personas sencillas que están siendo golpeadas por la crisis tienen en cuenta sobre todo el trabajo que el partido de extrema derecha está haciendo en el país desde que entró en el Parlamento en 2012. "Con el dinero que reciben del Estado están haciendo una labor que deberíamos haber comenzado las organizaciones de la izquierda. Los sindicatos, los antifascistas, los políticos. Ha sido un error dejarles este margen de ventaja."
Esta es la cuestión que según él mas motiva a las personas a votar a partidos de la izquierda: "Si observamos las encuestas sobre los asuntos que más preocupan a los griegos, en primer lugar encontramos el paro, la pobreza, los problemas sociales y mucho mas abajo en la lista aparecen los inmigrantes." Es por ello que opina que la inmigración y las posiciones racistas no son la preocupación principal de la extrema derecha en Grecia, ni es en este tema donde más propaganda hacen los ultras.
Para Kapsalis, Amanecer Dorado se presenta ante los griegos como un movimiento social ligado al pueblo mas que como un partido político. En ese contexto, estaría utilizando las detenciones de 38 de sus miembros acusados de pertenecencia a banda armada tras el asesinato del músico antifascista Pavlos Fyssas en 2013 para arrogarse el papel de víctimas. "Es una estrategia muy peligrosa porque tratan de dar la imagen de que fue una conspiración urdida contra Amanecer Dorado, lo que podría aumentar su popularidad de cara a las próximas elecciones."
Con el partido socialista Pasok ofreciendo la menor intención de voto de su historia, que no llega al 7%, el mapa político de Grecia ha cambiado. El voto a Amanecer Dorado será mayor al pronosticado, según Kapsalis, porque "ya pasó la última vez que muchas personas no se atreven a decir que van a votarlos." La coalición de izquierdas Syriza también sube, con una intención de voto en torno al 30%.
"Pero Amanecer Dorado se encuentra bien dentro de la vida política griega", sigue Kapsalis. "Hasta el 2012 sus miembros tenían prohibido pertenecer a un sindicato, a partir de entonces se convirtió en casi una obligación." Varios colectivos como los taxistas o los conductores de autobús tienen, según los datos de la GSEE, un número relativamente alto de miembros que participan en sindicatos y pertenecen a Amanecer Dorado.
Un fin de semana antifascista
Se nota que este no es un congreso al uso nada más entrar: catering autoorganizado, un servicio de guardería por si alguien quiere dejar a su hijo. Pero también: las personas "de derechas" tienen prohibida la entrada y nada de fotos que puedan poner a los asistentes "en peligro". También para acreditarse como periodista hay que mostrar "no ser de derechas". Dos periodistas en concreto no son bienvenidos aquí.
Uno de ellos es periodista del periódico de extrema derecha Junge Freiheit, que escribió que el llamado "servicio de protección de la Constitución", un auténtico servicio secreto interno alemán que vigila los movimientos extremistas y cuya actuación ha estado en más de una y más de dos veces en entredicho, había identificado a dos de las organizaciones participantes como de extrema izquierda. El otro periodista escribe en el Berliner Zeitung y había dado cancha a las acusaciones de un concejal de la CDU, el partido de Merkel, en el barrio berlinés de Neukölln, que aseguraba que un congreso de estas características en una universidad berlinesa era "un escándalo".
"Lo cierto es que esta persona desconoce que cuando se fundó la Universidad Técnica de Berlín los aliados obligaron a Alemania a dar cabida a eventos antifascistas entre sus paredes", explica uno de los organizadores del congreso de tres días, con 20 talleres diferentes y al que han asistido unas 300 personas de once países europeos. "El nacionalismo y el racismo han aumentado desde que comenzó la crisis del euro en el continente", escriben en el programa, así que con el fin de "discutir la situación del movimiento antifascista y las consecuencias de la crisis" se han llenado literalmente varias aulas de la Universidad Técnica de Berlín.
Las cuestiones internacionales en las que se han enfocado los debates han sido el movimiento homofóbico del Frente Nacional de Marine Le Pen en Francia, la formación de un movimiento de derechas en Polonia, el movimiento antifascista en la exYugoslavia, el populismo de derechas en Dinamarca y en Escandinavia, la experiencia de los partisanos italianos y la extrema derecha en Hungría. También dos personas, una en nombre del 15M de Barcelona y otra representante del antifascismo en Marid, han participado en uno de los talleres para hablar de "la crisis, la resistencia y la vuelta al pasado del Estado español."
La iniciativa del congreso ha venido del grupo Izquierda Intervencionista (interventionistischeLinke). El congreso lo han apoyado, de una forma u otra, unas quince organizaciones políticas y tres publicaciones, entre ellas el diario Neues Deutschland. Entre las organizaciones destaca la Fundación Rosa Luxemburgo, las juventudes del partido Die Linke (La izquierda), las del sindicato de servicios Ver.di. y las de socialdemócratas y verdes de Berlín.
En cuanto a cuestiones propiamente alemanas, han hablado del potencial del partido populista Alternative für Deutschland, del grupo terrorista neonazi NSU y de la autoorganización de los grupos de refugiados. También de las protestas de los partidos de derecha delante de los albergues para refugiados o de las redadas racistas de la policía.