El 22M nació hace ahora ocho meses y lo hizo con voluntad de continuidad. Desde el inicio, quienes idearon la acción social que ha dado lugar a las Marchas de la Dignidad que han recorrido todo el país hasta confluir en Madrid en una multitudinaria manifestación el pasado sábado, se propusieron que la lucha social que ponían en marcha no terminara ahí sino que se prolongara en el tiempo como demostración del poder de la mayoría social.
Por eso, desde que se comenzó a hablar de las Marchas de la Dignidad y a hacerse pública su idea inicial cuando aún se valoraban diversas fechas para llevarla a cabo, su permanencia en el tiempo era algo que dejaban claro: "La concentración en Madrid no será el fin sino el inicio de una acción sostenida", han advertido siempre los organizadores.
Fue en el mes de julio de 2013 cuando surgió la idea del 22M a partir de una reunión mantenida, entre otros, por el promotor de Frente Cívico, Julio Anguita, el portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), Diego Cañamero, y el creador de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) en Murcia, José Coy. Entonces, se planteó la propuesta de organizar una gran manifestación que, con marchas a pie desde distintos puntos del país, confluyeran en Madrid para mostrar las reivindicaciones de la mayoría de la sociedad que sufre la actual crisis y las políticas del Gobierno y de la Unión Europea.
El objetivo inicial fue explorar las posibilidades de que colectivos, organizaciones, sindicatos y plataformas se sumaran a la propuesta de movilización con un fin común y dejando en un segundo plano las cuestiones y el perfil propios de cada uno de ellos. Y a esa tarea se pusieron los organizadores de las Marchas de la Dignidad en una segunda reunión celebrada el 3 de septiembre en Madrid donde ya se contabilizaron más de 25 colectivos sociales y sindicales dispuestos a contribuir con esta acción reivindicativa.
Le siguieron reuniones a nivel estatal, por comunidades autónomas y por provincias, en un calendario de encuentros que finalmente estableció el 22 de marzo como fecha de llegada a Madrid para llevar a cabo la manifestación final de las Marchas de la Dignidad. Final de las marchas, pero “inicio de una acción sostenida”, como mantuvieron siempre.
Asamblea en Madrid, acciones espejo en provincias y “Rodea la Bolsa”
Llegados a este punto, el día después del 22M ya estaba perfilado desde meses antes a que tuviera lugar. Porque, como apuntan los organizadores de esta acción, aunar posiciones para mostrar las reivindicaciones de la mayoría social y conseguir los objetivos de la movilización no es cosa de un día.
Así, este domingo 23 de marzo unos 500 integrantes de las Marchas de la Dignidad que han permanecido en Madrid han celebrado una asamblea junto al Museo Reina Sofía en la que finalmente han decidido proseguir con las movilizaciones y reivindicar el “carácter pacífico” de los manifestantes.
Entre esas movilizaciones se encuentra reivindicar la libertad para los manifestantes detenidos el sábado en los incidentes ocurridos en la Plaza de Colón. Para ello, según detallan los organizadores, prevén acudir el lunes 24 de marzo a las 10 horas a los Juzgados de Plaza de Castilla “para reclamar la libertad de los detenidos tras la brutal carga policial” del sábado. Mientras tanto y paralelamente, esa acción tiene su reflejo en diversas capitales de provincia donde activistas del 22M ya de vuelta de Madrid han llamado a manifestarse a las puertas de las distintas subdelegaciones del Gobierno para pedir la libertad de los detenidos tras la manifestación.
Igualmente, este lunes 24 de marzo, los integrantes de las Marchas de la Dignidad tienen previsto manifestarse rodeando el edificio de la Bolsa en Madrid, como símbolo del poder económico presente en la actual crisis. Y, a partir de ahí, las asambleas del propio 22M irán decidiendo la suma de acciones en los próximos días, sin que falten propuestas de trabajo, como la hecha este domingo por Julio Anguita, para llevar a cabo más movilizaciones que sumen adhesiones a esta lucha social y, como resultado de ello, poder llegar incluso a organizar una segunda "marcha sobre Madrid".