El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha asegurado hoy que el cese del teniente coronel Antonio Tejero Díez, hijo del golpista Antonio Tejero, se hubiera producido igualmente con independencia de que se celebrara o no el 23F en un almuerzo que organizó en un acuartelamiento.
Tras condecorar a un agente de Policía que salvó a un joven en el Metro de Madrid, Fernández Díaz no ha querido entrar a calificar el sentido del almuerzo que el 18 de febrero celebró el hijo de Tejero con su padre y otros guardias civiles retirados en las instalaciones de la unidad del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) que él dirigía.
Ayer mismo, cuando el ministro se encontraba visitando el cuartel de la Guardia Civil de La Salve en Bilbao tuvo conocimiento de ese almuerzo al igual que la dirección general del instituto armado, por lo que inmediatamente dio la orden de su destitución de un destino que, tal y como ha dicho, se le concedió por una resolución del 23 de febrero de 2010, lo que no deja de ser una "coincidencia".
Coincidencia a la que no ha querido dar ninguna intencionalidad política porque "las cosas pasan así", como tampoco ha querido darla a la posibilidad de que el almuerzo sirviera para conmemorar el 33 aniversario del golpe de Estado.
Según ha relatado el titular de Interior, la comida se había producido sin autorización y con exhibición de los medios de la unidad.
Aunque ha reconocido que si el almuerzo tenía la "connotación" de celebrar el golpe de estado del 23F hubiera sido una cuestión delicada, Fernández Díaz ha reiterado que el motivo del relevo ha sido el de celebrar el encuentro sin autorización de sus superiores.
"Al margen de cualquier otra consideración se hubiera procedido de igual forma", ha apostillado el ministro, quien de momento no se plantea ninguna otra medida más contra el hijo de Tejero.
Tejero Díez ha admitido que invitó a esa comida a su padre y a otros guardias civiles retirados y de edad avanzada porque lo habían pasado mal durante el juicio por el golpe de estado, según han subrayado fuentes del departamento.
Además del padre del cesado, acudieron el excapitán de la Guardia Civil Jesús Muñecas Aguilar y otros coroneles y generales del instituto armado. Muñecas, para el que la justicia argentina pide la extradición por delitos de torturas durante el franquismo, tuvo un papel activo en el 23-F movilizando una unidad de la Guardia Civil con sede precisamente en Valdemoro.