Es la segunda vez que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se sube a la tribuna del Congreso de los Diputados en el Debate sobre el estado de la nación y no cita a ETA. Ocurrió hace un año. Entonces no se había producido ningún hecho relevante los días previos al debate como ha ocurrido en esta ocasión. Entonces, el Gobierno mantuvo en el hemiciclo, a preguntas de los representantes de Amaiur, lo que sus críticos denominan el "mantra de la disolución de ETA". Y no se salió del guión.
El Gobierno del PP, su presidente y su ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se han creído a pies juntillas el comunicado de ETA del 20 de octubre de 2010. En aquella aparición en vídeo -difundido entonces también por la cadena británica BBC- en el que los tres encapuchados anunciaban de manera unilateral e incondicionada su decisión de cesar definitivamente su actividad terrorista. Y el Gobierno se lo ha creído.
Por eso este año, Mariano Rajoy, poco dado a los experimentos, y menos con el terrorismo de ETA, ha vuelto a caminar por una senda pisada con éxito con anterioridad. Sabedor de que cuando se suban a la tribuna los nacionalistas del PNV (Aitor Esteban) y de Amaiur (Xabier Mikel Errekondo), estos con seguridad, o incluso UPyD (Rosa Díez) o Izquierda Plural (sus tres portavoces no lo hicieron) el final ordenado de ETA resonará en el hemiciclo. Rosa Díez se refirió a ETA a las 20.54 horas de la noche para recordar los más de 300 asesinatos de ETA que siguen sin resolver en la Audiencia Nacional y acordarse de sus víctimas. Y Rajoy, sin citar a la organización terrorista, le tomó el guante para asegurar que el Gobierno "está con ellas, estamos con su dolor y estaremos siempre", aseveración que fue recibida con una ovación de la bancada popular. Eran las 21.24 horas.
ETA y los encapuchados ya no cotizan en España y para los que viven más allá de Pancorbo, los terroristas que vieron de nuevo el pasado viernes en todas las televisiones gracias al vídeo de las armas y los verificadores, con Ram Manikkalingam a la cabeza, ya no impactan. Y Rajoy lo sabe. Y sabe también que su preocupación básica en este tema son las víctimas del terrorismo y no los reclusos de ETA. Por eso no ha estado en su intervención inicial la palabra ETA, u otras como verificadores, arsenales, presos.
Desarme y "reconocimiento del daño causado"
"Ni le ocupa, ni le procupa", ha señalado el portavoz del PNV, Aitor Alonso, en la sala de prensa. "No ha mencionado una sola palabra, lo que supone un desprecio y una irresponsabilidad", ha constatado también el portavoz de Amaiur, Xabier Mikel Errekondo. Y eso el día en el que el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, desde Vitoria, aseguró que el "escenario que maneja" Urkullu es que se produzca un "desarme ahora, con los menores pasos posibles y lo más rapidamente posible".
"Un desarme ya iniciado que tiene que avanzar hasta el final, un desarme que tiene que venir acompañado con un reconocimiento expreso del daño injusto causado y que debe servir de preámbulo a una disolución definitiva de ETA. Éste es el escenario que maneja el Gobierno y no maneja ningún otro alternativo", precisó Erkoreka.
