La Piñera no servía para ser una cárcel porque se caía a pedazos, y lo que no podía ser prisión se convirtió en un Centro de Internamiento de Extranjeros. Eso fue en 2004. Nueve años después, varias asociaciones insisten en pedir el cierre del CIE de Algeciras, porque entienden que las instalaciones no cumplen con los mínimos requisitos de seguridad y habitabilidad. La última denuncia fue formulada por escrito desde el interior del centro el 16 de diciembre de 2013. En ella, un interno asegura que el centro incumple las medidas de seguridad contra incendios, que los allí recluidos no pueden asearse y llevar a cabo sus necesidades fisiológicas con normalidad, y que es frecuente que la luz de las habitaciones permanezca encendida durante toda la noche.
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