Tenía 16 años y ha muerto en su intento de llegar a Europa, pero en su casa, lanzado por la ventana por las fuerzas auxiliares marroquíes -una especie de policía militar-. Cedrick Bete, ciudadano camerunés que vivía en Tánger desde hace unos meses ha fallecido este miércoles en una de las dos redadas que se realizan de forma habitual en el barrio de Boukhalef para detener a inmigrantes subsaharianos y alejarlos del norte del país, de la frontera con Ceuta y Melilla y las aguas del Estrecho, según denuncia el colectivo de activistas Caminando Fronteras. La muerte de esta persona agotó la paciencia de los cientos de subsaharianos que viven en la zona: tras el suceso cerca de 700 personas salieron a la calle para manifestarse contra la represión ejercida por Marruecos.
En torno a las cuatro de la tarde de este miércoles llegaron, como cada día, las fuerzas auxiliares al barrio donde vivía Cedrick. Este adolescente de 16 años se escondió en su casa, bajo el temor de ser capturado por uno de estos militares que vulneran de forma constante los derechos humanos de los inmigrantes, según denuncia la investigadora Helena Maleno desde Tánger. “Pegaron una patada en la puerta de su casa y en el forcejeo se cayó, murió y los responsables huyeron. Ni siquiera llamaron a las ambulancias”, describe notablemente afectada. "Son una prácticas constantes. Marruecos quiere alejar del norte a los inmigrantes subsaharianos para evitar que intenten cruzar la frontera y tener a España tranquila", advierte.
El cuerpo sin vida del compañero, amigo o vecino de los cientos de subsaharianos que viven en el barrio de Boukhalef colmó el vaso de su paciencia. Dijeron “basta”. Según explica Maleno, cerca de 700 inmigrantes salieron a la calle como muestra de protesta por las muertes perpetradas en manos de las fuerzas auxiliares marroquíes. Manifestantes de diferentes nacionalidades caminaron en dirección al barrio de Mesmama. Algunas personas subieron el cadáver del fallecido y lo llevaron consigo durante su marcha.
“Vinieron los antidisturbios de la Policía marroquí, cortaron la carretera principal, e intentaron negociar con ellos”, explica la activista, quien estuvo presente en la protesta. “La policía pedía por favor que se calmaran. Incluso llegaron a decir que estaban hartos de las fuerzas auxiliares. Estaban asustados al ver a tantos inmigrantes acercándose al centro de la ciudad”. Finalmente lograron disolver la manifestación.
Cedrick llevaba tan solo unos meses en Tánger. "Dejó Camerún para ayudar a su familia, que vive en una situación de mucha pobreza. Quería tirar para delante y empezar a cumplir sus planes de vida de adulto”, cuenta Helena, quien conocía al joven fallecido. “Siempre le veía acompañando a una mujer que iba en silla de ruedas, la ayudaba y la llevaba a todas partes”.
El colectivo 'Caminando fronteras' al que pertenece Maleno trato de localizar a las familias de la víctima durante la tarde de este miércoles, a través de sus compañeros cameruneses. Ellos intententarán ayudarles en el caso de que quieran trasladar el cuerpo a Camerún aunque reconoce que “cuesta mucho dinero y la embajada de este país no suele colaborar”. Además, esta red de activistas estudiará las vías para denunciar las muertes y los abusos por parte de las fuerzas del orden marroquíes a través de la justicia internacional.
Se trata de la tercera muerte producida durante una redada en este barrio de Tánger. Según recuerda Helena Maleno, el pasado verano las fuerzas de seguridad marroquíes acabaron con la vida un joven congoleño y, hace mes y medio, murió otra persona de origen senegalés. “Son ya muchas vidas y la gente no puede más”.