Varias decenas de trabajadores de Canal 9 han abucheado al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, en el primer acto público de éste tras el estrambótico cierre de Ràdio Televisió Valenciana (RTVV), producido el pasado viernes.
Los profesionales han perseguido a Fabra desde su descenso del coche oficial hasta la entrada centro cultural Bancaja, donde ha acudido a presidir la presentación del Libro Verde de la Empleabilidad de universitarios valencianos junto con la consellera de Educación, María José Català. La policía, que custodiaba al presidente, no ha permitido el acceso al acto a la gente que protestaba con peticiones de dimisión, gritos de "vergüenza", silbidos y algún insulto.
Fabra, desde el chapucero corte de emisión, había mantenido un silencio total. De hecho, el partido, abochornado por la retransmisión al mundo del abrupto silenciamiento de Canal 9, estuvo más de un día noqueado.
Mientras, muchos trabajadores están acudiendo, sin éxito, a las distintas sedes de RTVV para acceder a su trabajo. Argumentan, entre otras cosas, que no tienen notificación oficial del permiso retribuido que les exime de ir a trabajar.
Se busca alternativa a Canal 9
Fabra ha insistido una vez más en la irreversibilidad del cierre y ha defendido, como el domingo su vicepresidente, José Císcar, la actuación del viernes. El corte de la emisión "se ha basado en el cumplimiento de la legalidad" y se hizo "de forma correcta", ha dicho en declaraciones a los periodistas.
Además, el Consell "busca formas" para cubrir el hueco que deja Canal 9 en la información y el entretenimiento en valenciano. Descartado, al menos a corto plazo, la contratación de empresas privadas, se especula con que la Generalitat intentará negociar que Televisión Española incremente su programación regional a la mayor brevedad.