Las reacciones de la comunidad internacional al golpe de Estado llevado a cabo por las Fuerzas Armadas egipcias que depusieron al presidente Mohamed Morsi, han sido rápidas pero muy poco críticas. Aunque tanto la Unión Europea, como Estados Unidos y la ONU han llamado a la calma y a la rápida reinstauración de un gobierno civil que tenga en cuanta a todas las partes, para evitar cualquier tipo de violencia, nadie ha condenado aún el golpe.
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, "plenamente consciente de lasprofundasdivisiones en la sociedad, las demandaspopulares para elcambio políticoy los esfuerzosenla negociación de uncompromiso" ha enviado un comunicado en el que aboga por un retorno rápido al proceso democrático. Un retorno que deberá incluir "la celebración de elecciones presidenciales y parlamentarias libres y justas y la aprobación de una Constitución" que permita a Egipto "continuar y completar su transición".
En la misma línea se ha manifestado el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien ha exigido a los militares que devuelvan la autoridad "a un Gobierno civil elegido democráticamente". "Creemos que en última instancia el futuro de Egipto solo puede ser determinado por el pueblo egipcio", sentenció el presidente americano, que evitó hablar de golpe de Estado. Sí mostró su preocupación "por la decisión de las Fuerzas Armadas de remover al presidente Mursi y suspender la Constitución".
Además, Obama, que "no apoya a determinadas personas o partidos políticos", se ha mostrado comprometido "con el proceso democrático y el respeto al Estado de derecho". "Las voces de todos los que han protestado pacíficamente deben ser escuchadas, incluyendo a los que dieron la bienvenida a los acontecimientos de hoy y a los que han apoyado al presidente Morsi", señaló Obama, que revisará las ayudas que su Gobierno otorga a Egipto, cercanas a los 1.154 millones de euros anuales, habida cuenta de que, por ley, EEUU está obligado a suspender cualquier ayuda a un país cuyo líder haya salido de un golpe de Estado.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que también considera "crucial" la restauración de un Gobierno civil, aseguró esta madrugada que la "interferencia militar" en los asuntos de cualquier país es motivo de preocupación. Sin embargo, manifestó también que "muchos egipcios han expresado profundas frustraciones y preocupaciones legítimas".
También se ha referido al golpe de Estado el titular de Exteriores canadiense, John Baird, que defiende la idea de "implementar un sistema democrático transparente que respeta las voces de sus ciudadanos, y anima y respeta las contribuciones de la sociedad civil y otros segmentos de la población, incluidas las minorías religiosas" como "la mejor forma de restaurar la calma", ya que "todos los egipcios tiene derecho a vivir en una sociedad libre".
Otro de los que ha reclamado a todas las partes que "muestren contención y eviten la violencia" ha sido Reino Unido, que "no apoya una intervención militar como forma de resolver las disputas en un sistema democrático", apuntó su ministro de Exteriores, William Hague, en un comunicado. "Es vital responder al gran deseo de los egipcios de un progreso político y económico para su país", dijo, para asegurar después que "esto debe incluir un proceso político que incluya a todos los grupos".