Carolina y Luis (30 y 34 años respectivamente) tienen cuatro hijos: Abril de siete años, África de seis, Sara de 18 meses y Pedro de cuatro meses. Ellos, como miles de familias en toda España, están sufriendo la parte más dura de la crisis económica en primera persona. Viven en Estepona (Málaga) y deberán abandonar su vivienda este mes de julio si los esfuerzos burocráticos que están realizando estos últimos días no dan sus frutos.
Ninguno de los dos tiene trabajo y carecen de cualquier tipo de ingresos. Luis se dedicaba a la construcción y se quedó en paro en 2008. Ahora, con la prestación agotada, está esperando a que le concedan la ayuda familiar. Carolina también se quedó sin trabajo en 2008. Además, esta situación coincidió con la subida del Euribor que encareció su cuota de hipoteca desde los 700 euros hasta los más de 1.100 euros mensuales. Ella asegura que, pese a que encontrara un empleo a finales de ese mismo año, el Banco Popular no quiso negociar. Sin embargo tuvo una segunda oportunidad al ser contratada por una empresa alemana de juegos online como responsable de atención al cliente de España y Latinoamérica. Poco a poco conseguían, pese a vivir en su propio piso que estaba embargado, salir adelante. "Íbamos pagando los gastos del día a día y la deuda con el banco pese a que ya nos habían embargado el piso", explicaba ayer a Eldiario.es/Andalucía.
La casa de Carolina y Luis salió a subasta en enero de 2010 sin que nadie se interesara por ella, unos meses después tuvieron que abandonarla. Pese a que el Banco Popular se adjudicara entonces la propiedad, todavía, a día de hoy, sigue en el Registro de la Propiedad a nombre de este matrimonio. "Nosotros pagamos IBI, agua, luz, gas, el piso es del banco pero está a nuestro nombre" señala Carolina. Esta circunstancia provocó que esta familia volviera a este domicilio cuando en noviembre del pasado año Carolina se quedaba de nuevo desempleada. Estaba embarazada y dos meses antes le habían subido el sueldo. Fue una sorpresa para ella y un palo para la familia ya que de nuevo se quedaba sin ingresos, al ser autónoma y no tener derecho a prestación. La nueva situación les llevó a regresar a su casa, de la que habían sido ya desahuciados, y que el Banco Popular "tenía abandonada desde que nos marchamos en 2010".
Ahora las esperanzas de esta familia están depositadas en el decreto antidesahucios de la Junta de Andalucía, un decreto que podría quedar paralizado por la interposición de un recurso del Gobierno Central ante el Tribunal Constitucional. De momento, y gracias a la ayuda de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, han conseguido retrasar el desahucio diez días hábiles para que presenten toda la documentación necesaria que les permita acogerse a la nueva legislación autonómica. Sin embargo todo ocurre tan deprisa que ayer, mientras hablábamos con ella, un agente judicial se presentó en su domicilio avisándole que debían recoger todas sus pertenencias y abandonar la casa. Por fortuna para ellos, la advertencia era papel mojado ya que se tramitó con anterioridad a que la Justicia le prorrogara el plazo para entregar los papeles que le permitan acogerse al decreto.
Buscan la paralización del desahucio
Carolina afirma que el caso de su familia se incluye en los supuestos que recoge la legislación para paralizar el desahucio -así al menos se lo han asegurado desde la PAH-, aunque explica que sin ningún tipo de ingresos no sabe como podrán pagar un alquiler social. También está en contacto con el Ayuntamiento de Estepona, institución que cuenta con un fondo de emergencia para ayudar a familias en esta situación.
Todo lo que ha pasado en los últimos años ha pillado por sorpresa a Carolina y Luis. Ella reconoce que "no me llegaba a ver así, yo tenía un trabajo estable". Ahora, su máxima preocupación son sus hijos. Sus suegros viven en Estepona y le ayudan en lo que pueden. "Si nos desahucian finalmente no me voy a quedar sin techo, me meto en una casa vacía aunque nos echen a los días, mis hijos van a seguir viviendo en una casa", destaca esta madre de familia a la que no le faltan las fuerzas para seguir luchando por lo que considera una "injusticia".
Su lucha además la ha trasladado a Internet. Carolina y Luis buscan apoyo en la página web Change.org donde en apenas cuatro días han superado ya las 6.000 firmas de apoyo. En su escrito, describe la situación de su familia como "desperada y asustada" y pide ayuda para que sus hijos "no se queden en la calle", unos hijos a los que poco a poco Carolina les va haciéndoles la idea de que, si nada lo remedia, dentro de poco tendrán que cambiar de casa.