José Antonio Griñán tendrá el próximo jueves el camino despejado para convertirse en senador. Fuentes del PSOE consultadas por eldiario.es señalan que "nada ha variado respecto a la situación judicial de Griñán". En Ferraz ha causado estupor el último auto dictado por la jueza Alaya en el que insinúa imputaciones para las que no es competente.
La elección de senador de José Antonio Griñán le permitirá mantener la condición de aforado, que ya tiene como diputado del Parlamento andaluz. Tras su nombramiento, cualquier causa que se siga contra él deberá ser observada por el Tribunal Supremo (hasta ahora, por el TSJA). Dicho de otro modo: Griñán queda fuera del ámbito de actuación de la jueza Alaya. En la cúpula socialista se muestran convencidos de que si la causa contra Griñán es admitida por el alto tribunal, sus opciones de salir airoso del caso de los ERE son plenas.
En el PSOE recuerdan que la única acusación contra el expresidente andaluz procede de la declaración de uno de los imputados, que señaló ante Alaya que el presidente andaluz estaba al tanto de todo. Al margen de esa declaración, no hay en la causa ningún aporte documental que le vincule directamente con uno de los mayores escándalos de la historia política de Andalucía.
El equipo de Rubalcaba interpreta que la jueza Alaya ha pretendido torcer el ánimo del PSOE de convertir a Griñán en senador. Si la jueza hubiera actuado conforme a derecho, redactando una exposición razonada para que el Supremo decidiese sobre una posible imputación, "sería más complicado seguir adelante con su nombramiento". Con el movimiento de Alaya, los socialistas interpretan que han quedado en entredicho las verdaderas motivaciones de sus actos jurídicos.
Griñán será senador por elección autonómica. La salida le permite gozar del paraguas del Supremo y protegerse de una jueza que, según interpreta el PSOE, estaba intentando por todos los medios hacer caer al Gobierno del PSOE en Andalucía. Con su paso atrás y el relevo dado a Susana Díaz, el PSOE de Rubalcaba ha conseguido sacudirse dos problemas en un solo movimiento: el propio Griñán y la perspectiva de pérdida de poder en su feudo más tradicional.
La estrategia del PSOE pasa una vez más por ofrecer su cara más institucional ante las decisiones de la magistrada. El propio Rubalcaba utilizó el manual para declarar su respeto por las decisiones judiciales. Sin embargo, el malestar con la magistrada es notable en Ferraz, donde nadie comprende por qué Alaya insinúa la imputación de Manuel Chaves a quien, dicen fuentes socialistas, nadie señala como responsable de los ERE en ningún punto de la instrucción.
Los socialistas echan mano estos días de su argumentario habitual para el caso de los ERE y recuerdan que fueron ellos quienes denunciaron ante la justicia las irregularidades que detectaron en su Gobierno en la gestión de los fondos para desempleados.