Ya habían jurado o -en su mayoría- prometido sus cargos los 11 consejeros, y la nueva presidenta, Susana Díaz, pronunciaba un breve discurso -escoltada por aquellos en la tarima- cuando ha trascendido el auto de la jueza Mercedes Alaya solicitando la imputación de los expresidentes de Andalucía Manuel Chaves y José Antonio Griñán, además de cinco exconsejeros, algunos presentes en la sala de los Espejos del Palacio de San Telmo. La sombra del caso de los ERE es tan alargada que todavía se proyecta sobre la Junta de Andalucía, o eso parece querer la jueza Mercedes Alaya, responsable del caso. La noticia ha llegado hoy empeñando la toma de posesión de un nuevo equipo de consejeros -solo continúan tres socialistas del anterior gabinete- con el que Susana Díaz ha prescindido de cargos que pudieran relacionarse directa o indirectamente con esta trama de corrupción sobre expedientes de regulación de empleo fraudulentos.
Varios de los asistentes, que jugaban con el móvil en la mano, lo han visto por la red social Twitter. Hay quien ha recibido una llamada y se ha escabullido hacia la puerta. Y rápidamente, entre cuchicheos, entradas y salidas del Salón de los Espejos, se ha extendido la noticia. Mientras, la presidenta, aparentemente ajena, continuaba animando a su equipo a "ponerse a trabajar de inmediato porque, para bien o para mal, no hay tiempo que perder". Entre los consejeros recién investidos y que todavía permanecían firmes detrás de Susana Díaz, alguno se ha percatado entonces de que algo ocurría y estaba soliviantado ánimos entre el público.
En ese momento, uno de los exconsejeros incluidos en el auto, Manuel Recio, se enteraba por los periodistas de que su nombre figuraba en la lista. Pero a pocos metros de allí, en la calle San Fernando, el PP-A ultimaba ya la convocatoria de una rueda de prensa para valorar el escrito de la jueza justo cuando acabara el acto en San Telmo.
La toma de posesión ha concluido. Si no ha sido de manera precipitada, sí lo ha parecido, al menos porque Susana Díaz, que en los últimos actos desde que comenzó este proceso de relevo se ha dejado felicitar y besar largo y tendido, ha abandonado el escenario de manera apresurada. Nada más hacerse la fotografía de familia del nuevo Gobierno de Andalucía, y después de que el portavoz Miguel Ángel Vázquez le comentara algo al oído, se ha perdido en los despachos sin hacer una sola declaración a la prensa, que entonces ha abordado a los consejeros.
El primero, el de Justicia e Interior, Emilio de Llera, que ha soportado estoico una melé de micrófonos y cámaras que ha puesto en riesgo su equilibrio: "Increíble, ¿que ese auto ha salido ahora? No lo sabía, si es así, es increíble. Pero hoy es el día de toma de posesión de un Gobierno, y eso es más importante que cualquier juez".
En los mismos términos se ha expresado el vicepresidente, Diego Valderas, quien ha acertado a decir: "Nosotros, a ocuparnos de lo que ha dicho la presidenta, de gobernar, y que la justicia siga su curso".
Todos los demás consejeros han esquivado las preguntas, los ya veteranos, visiblemente molestos con esta nueva coincidencia entre un evento político relevante y un movimiento de la jueza; y los nuevos, más bien perplejos ciendo cómo se les ha aguado en cierto modo el primer día del nuevo curso político, cosa a la que no se han resignado y han preferido hablar con entusiasmo de sus nuevas responsabilidades. Entre estos, la recién estrenada titular de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Elena Víboras, sí ha manifestado que hay "demasiadas coincidencias" entre la agenda política y la de la jueza.
Inmediatamente después, comenzaba su rueda de prensa el presidente del PP-A, Juan Ignacio Zoido, quien ha comenzado leyendo ceremonioso párrafos del auto, masticando nombres y apellidos. "Esto pone en evidencia que estamos ante un hecho gravísimo, sin precedentes en la justicia y política española, con tantos y tan cualificados imputados y con un fraude de casi 1.500 millones de euros", ha resumido, insistiendo en una cifra inexacta, ya que la Guardia Civil habla que rondaría los 200 millones defraudados.
El también alcalde de Sevilla ha exigido a Susana Díaz que "dé explicaciones, porque todavía nadie en la Junta de Andalucía ha asumido responsabilidades políticas por el caso de corrupción más grave en más de 30 años de democracia". Ha considerado que "este es un día muy triste para Andalucía", y le ha recordado a la presidenta "que ella estaba en el Consejo de Gobierno de José Antonio Griñán y está en su partido".
El líder del PP-A, que pese a su condición de juez no ha querido valorar las cuestiones jurídicas o posibles incongruencias del auto, ha dejado claro que la marcha del presidente, para evitar la erosión que en la imagen de la institución estaba suponiendo el caso ERE, no va a conseguir que dejen de sacar el asunto en el debate político. "Es el mayor caso de corrupción, con decenas de cargos imputados, ¿y quieren que dejemos de hablar de este fraude?”.