"Ni ellos saben que hacer", comenta un concejal. Y seguramente sea así, 48 horas después del tercer batacazo olímpico consecutivo. Madrid, según se ha insistido, tenía construido el 80% de las infraestructuras. Es decir, había gastado ya unos 6.000 millones de euros, por lo que terminarlas supondrá, siguiendo la aproximada regla de tres, en torno a 1.200 millones. Pero, ¿qué hacer con ellas?
Fuentes municipales recuerdan que Madrid, con una deuda superior a los 4.000 millones de euros, ya tiene paralizados cuatro proyectos fundamentales: el mercado de la Cebada, la operación Chamartín, la operación Cuatro Vientos y los PAU. A partir de aquí, las construcciones olímpicas más delicadas son el Madrid Arena, la Caja Mágica, el Centro Acuático y Centro de Convenciones, además de la Casa de Campo y la Villa Olímpica. En este sentido, IU y UPyD ya están pidiendo explicaciones a la alcaldesa, Ana Botella, para que explique qué planes tiene para la ciudad no olímpica.
Durante el vuelo de regreso a España desde Buenos Aires, los responsables de la candidatura olímpica Madrid 2020 aseguraban que era el momento de "reflexionar". "El proyecto es real, no virtual", repetía el presidente del COE Alejandro Blanco. Se refería, una vez más, a las sedes deportivas ya construidas. La ciudad tiene pabellones y escenarios que el Ayuntamiento asignó al esfuerzo olímpico pero ¿en qué circunstancia quedan tras el batacazo argentino?
El estadio olímpico (La Peineta) es un edificio fantasmagórico que requiere una invesión de 200 millones. Pende encima la necesidad del club Atlético de Madrid de trasladarse all, tras firmar un convenio con el Ayuntamiento madrileño. Eso implica el derrumbe del estadio Vicente Calderón para sufragar toda la operación con suelo urbanizable. Desde el club aseguran que el traslado continúa, previsto para 2015-16 e incluso han pasado fotografías de las "obras en marcha" para trasladar la idea de que perder los Juegos no influirá. El problema, según fuentes municipales, es que a FCC, la encargada de la operación, empiezan a "no salirle las cuentas".
La Caja Mágica de tenis se llevó 200 millones euros. Recibió la organización del torneo Masters 1000. Pero eso cubre poco más de una semana al año en el mes de mayo. La alcaldesa de Madrid, Ana Botella firmó una renovación de la licencia en 2012 por 34 millones de euros para que siga disputándose hasta 2022. No ha funcionado ni como sede del Real Madrid de baloncesto (2010-2011) ni del Atlético de Madrid de balonmano. La escuderiá de Fórmula 1 Hispania -ya desaparecida- la hizo su centro de operaciones en 2012.
El centro acuático completaba el anillo olímpico. Las piscinas comenzaron a construirse en 2004 y las obras se detuvieron en julio de 2010 por los problemas económicos de Madrid. Además, necesitaba adaptar su aforo de 15.000 a 18.000 localidades.El último proyecto firmado requería 165 millones de euros. Sin la sede olímpica, según recogía el dossier de M2020, el Ayuntamiento pretende reconvertirlo en polideportivo. Con la consecuente obra y su gasto adyacente, sin concretar.
En la Casa de Campo, el pabellón Madrid Arena iba a albergar el balonmano. El edificio estaba previsto como sede los partidos de la selección española de esta disciplina en la primera fase del Mundial disputado en España en enero de este año. Tras los sucesos de noviembre de 2012 (en el que murieron cinco jóvenes aplastadas durante una fiesta nocturna tras superarse el aforo permitido en el acceso), la organización pasó esos encuentros a la Caja Mágica. Durante la visita de evaluación del COI a Madrid en abril pasado, la alcaldesa Ana Botella evitó hablarles a los evaluadores sobre estos problemas. "Supongo que están enterados de lo que pasó que, como todo el mundo sabe, fue por un mal uso de una instalación deportiva", zanjó en su momento.
Justo pegado a todas estas sedes, el Ayuntamiento continuaba reservando un terreno enorme de 46.000 metros cuadrados con destino a la Villa Olímpica. Ya estaba planteada para 2016 por lo que ese espacio lleva un lustro a la espera de la residencia para atletas. La construcción de viviendas redundaría en la creación, según la candidatura, de una "comunidad eco-inteligente, verde y con huella de carbono neta cero".
Otras sedes planteadas como el cento de tiro de Paracuellos, el canal de remo o el centro de regatas no pasarán de los planos al terreno.