De gran potencia adquisitiva de futbolistas, donde recalaban las grandes estrellas extrajeras, a tener que deshacerse de sus mejores jugadores y limitar los gastos al máximo para sobrevivir. Así es ahora el fútbol español.
Sólo los dos grandes, Real Madrid y Barcelona, mantienen unos niveles de gasto ajenos a la crisis (Neymar costó al Barça 57 millones de euros y Bale al Madrid, 91). Si exceptuamos a estas dos megapotencias, que consiguen los mejores contratos por publicidad o por derechos de retransmisión en televisión y acaban repartiéndose casi todos los éxitos deportivos, el gasto del resto de equipos ha caído un 63% desde 2007 y las ventas de jugadores han subido casi un 40%. El balance total de traspasos, descontados Real Madrid y Barcelona, pasa de casi 138 millones de euros en negativo en 2007 (más compras que ventas) a un balance positivo de más de 201 millones en 2013 (más ventas que compras).
La burbuja económica producida en España debida a la construcción llegó al mundo del deporte, y especialmente al mundo del fútbol, en forma de ayudas económicas de administraciones públicas y dinero proveniente de los grandes empresarios locales, muchos de ellos vinculados al ladrillo. Con el pinchazo de la burbuja, se han terminado muchas de las ayudas públicas para el deporte y los patrocionios empresariales también se han reducido a la mínima expresión.
La consecuencia del fin de estas ayudas es que muchos equipos se han visto obligados a acogerse al concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos), donde los administradores son profesionales ajenos al club que gestionan y al mundo del fútbol. Además, la Liga de Fútbol Profesional pretende establecer un Fair play financiero (disciplina económica) que junto con la modificación de la Ley Concursal (que entró en vigor el 1 de enero de 2012) obliga a que desciendan de categoría los clubes que no estén al corriente de pago con todos sus trabajadores. Por eso varios equipos se están viendo obligados a vender a sus mejores talentos para poder subsistir.
En estos años de contracción económica, la Liga de Fútbol Profesional ha pasado de tener un balance negativo entre contrataciones y ventas de futbolistas (Real Madrid y F.C. Barcelona incluidos) con 270 millones de euros de déficit en 2007, propio de las ligas más poderosas con muchas más compras que ventas, a que en este verano de 2013 el balance sea positivo con 110 millones de euros de superávit, con muchas más ventas.
En los años anteriores a la crisis, la Liga española había sido considerada como la Liga de las Estrellas, fundamentalmente por la gran cantidad de jugadores extranjeros muy cotizados en el mercado internacional que recalaban en los equipos españoles. En 2007, La liga española era la segunda Liga con el balance deficitario más alto, sólo superada por la Premieringlesa. En 2013, la Liga inglesa continúa en el primer puesto de los campeonatos que más gastan respecto de lo que ingresan por sus traspasos. Por el contrario, la Liga española ha pasado del segundo puesto de 2007 a ser de los últimos en 2013. Se asemeja así a ligas con menos capacidad económica que tradicionalmente han tenido que exportar a sus futbolistas para cuadrar sus cuentas, como la argentina, la liga brasileña, la holandesa o la portuguesa.
Las diferencias crecen en España
La Liga española vive una situación de desigualdad muy acentuada entre Real Madrid y Barcelona y el resto. Ambos equipos tienen las plantillas con el valor de mercado más alto del mundo (contabilizada la suma de los valores de mercado de todos sus futbolistas). Para encontrarse otros equipos españoles hay que ir a la posición 13ª (Atlético de Madrid), 29º (Valencia) o 37º (Sevilla). Entre Barcelona (sus jugadores suman un valor de 587 millones de euros) y Real Madrid (571 millones) y el siguiente, Atlético de Madrid (230 millones), existe una diferencia de valor de mercado de 340 millones de euros. En Inglaterra la diferencia con el tercero no llega a 70 millones, y con el cuarto y el quinto la diferencia no llega a 200 millones. Entre los 100 más cotizados hay nueve equipos españoles por 20 equipos ingleses o 14 italianos.
El experto en economía del fútbol, José María Gay de Liébana, señala que el fútbol español está viviendo una situación de amateurización y fuga de talentos al extranjero. El número de jugadores españoles que emigran a otras ligas ha pasado de los 136 jugadores españoles que jugaron en otros países en 2007 hasta los 439 que lo hicieron la temporada pasada.
Nuevas fuentes de ingresos
Ante la falta de recursos, los clubes buscan dinero en nuevas vías. Algunos se pusieron en manos de grandes capitales extranjeros que prometían convertirlos en equipos más poderosos a golpe de talonario. Málaga C.F. y Racing de Santander fueron comprados por grandes fortunas. El primero, por el Ali Syed, quien prometió grandes inversiones pero se reveló poco tiempo después como un fraude.
En el caso del Málaga, las grandes inversiones llegaron hace dos años (59 millones en traspasos, lo que justifica el punto de inflexión de 2011 en los gastos y balances en los traspasos que aparecen en los gráficos) con la llegada al club como presidente del jeque catarí Abdullah ben Nasser Al Thani. Sin embargo, dos años después las inversiones de Al Thani se han parado, el Málaga ha sido sancionado sin jugar competiciones europeas por impagos y ha vendido a sus mejores jugadores para compensar el dinero que el jeque gastó y pretende recuperar.
En categorías inferiores, el Oviedo se salvó de la desaparición gracias a las donaciones voluntarias de los aficionados (primer caso a través de este tipo de financiación en el fútbol) y la gran aportación del hombre más rico del mundo, el empresario mexicano Carlos Slim.
Y para terminar de rizar el rizo, la propiedad de los jugadores y sus derechos por traspaso ya no siempre pertenecen a los clubes. Han aparecido fondos de inversión que en muchas ocasiones comparten los derechos del jugador, y por tanto los beneficios en caso de traspaso, con los clubes donde juegan. Incluso existen casos donde el 100% de la propiedad del jugador está en manos del fondo de inversión.