El lehendakari, Íñigo Urkullu, aclaró este viernes cuáles son las bases para avanzar en otoño hacia una "convivencia conciliada y vertebradora", a los dos años del anuncio -en octubre de 2011- del cese definitivo de la violencia por parte de ETA. Y aunque no fijó un destinatario de su mensaje, sobresalía con claridad en primer término la izquierda abertzale que nunca ha condenado la violencia de ETA. Para el lehendakari, no es posible hacer borrón y cuenta nueva como si nada hubiera pasado en estos años de violencia terrorista. Por eso hizo referencia a ese "suelo ético" pactado ya durante la pasada legislatura y renovado al comienzo de esta, acuerdo que los miembros de EH Bildu en el Parlamento se niegan a asumir en su totalidad, dejando claro que en materia de paz y convivencia "no partimos de cero". Y apeló a todas las tradiciones políticas de este país a que sellen un compromiso en torno a ese mínimo suelo ético y a activar una revisión crítica del pasado.
El "suelo ético" fue pactado al final de anterior legislatura entre PNV, PSE, PP y Aralar -lo que motivó la ruptura en el seno de la formación de Patxi Zabaleta (hoy integrada en EH Bildu) y la expulsión entre otros de Aintzane Ezenarro- y sus bases fueron renovados en un pleno monográfico sobre pacificacion celebrado a finales de marzo de este año, ya en esta legislatura. El documento, entre otras cosas, defiende que se debe promover una memoria no neutral para "la deslegitimación del terrorismo", y establece el denominado principio de responsabilidad, que "supone determinar y reconocer la responsabilidad de cada cual en el pasado y las consecuencias relativas a las vulneraciones de los derechos humanos". EH Bildu no se sumó al acuerdo pactado entre peneuvistas, socialistas y populares y, poco después, tras crearse la ponencia de Paz creada en el Parlamento -a la que no acuden ni el PP ni UPyD- sus trabajos se atascaron definitivamente y están a la espera de las posiciones de EH Bildu.
"Es una necesidad abordar con absoluta crudeza" esa revisión del pasado, al tiempo que animó a reconocer "la injusticia de la vulneración de Derechos Humanos" que se ha producido en el País Vasco. El lehendakari dijo no entender ni las reticencias ni el problema que pueda tener alguien en torno a esa revisión crítica del pasado o a comprometerse con el "suelo ético", sobre todo "si hay un apuesta real por un futuro diferente", en una clara alusión a la izquierda abertzale de Sortu, partido que se constituyó con unos estatutos en los que se apartaba de cualquier connivencia con la violencia de ETA. El lehendakari también quiso dejar claro que en relación con ETA el "primer objetivo" es el desarme y la disolución. "ETA ya sabe lo que tiene que hacer", expresó.
Al término del primer consejo de Gobierno celebrado ayer en el Palacio Miramar de San Sebastián, reunión que marca el inicio del curso político en Euskadi, el presidente vasco quiso deslindar el futuro del Plan de Paz gubernamental de la ponencia de paz del Parlamento. La voluntad del Gobierno -y en eso se está empeñando en estas semanas Jonan Fernández, secretario general de Paz y Convivencia, es "escuchar" las propuestas y "si es posible integrarlas", en palabras de Urkullu. Pero dejó claro que el Ejecutivo va "a seguir adelante" con su plan y lo aprobará porque es un "plan del Gobierno".
Contactos de última hora entre PNV y PSE
El lehendakari reiteró que el objetivo prioritario de su Ejecutivo es la reactivacion económica y la creación de empleo. Y se mostró confiado en que el acuerdo de fiscalidad y lucha contra el fraude que tienen prácticamente ultimado socialistas y peneuvistas pueda allanar el camino para la aprobación de las Cuentas de 2014, después de verse forzado a retirar los Presupuestos de 2013 ante la falta total de apoyos para aprobarlos. "Espero que 2013 sea el peor año de la crisis", al tiempo que se conjuró con el mantenimiento de los servicios públicos básicos en Euskadi, algo que también ha sido objeto de negociación entre peneuvistas y socialistas.
Los contactos entre PNV y PSE-EE se sucedieron ayer y el documento, con los flecos que aún quedan por cerrar, ya está servido para que lo estudien las ejecutivas de ambas formaciones el próximo lunes en sus respectivas reuniones, según fuentes conocedoras de las negociaciones. Algunos flecos aun se mantienen y tras el análisis de las respectivas ejecutivas, previsiblemente se convocará una reunión de las dos comisiones políticas para que den luz verde definitivo al pacto. Posteriormente, se escenificará públicamente con la presencia de los máximos responsables de ambos partidos y se abrirá una negociación para ampliar el acuerdo "a otras fuerzas políticas", como comentó Urkullu, necesarias para aprobar las modificaciones en las Juntas Generales de Gipuzkoa y Alava, donde la mayoría socialista y jeltzale es insuficiente.