El lehendakari, Iñigo Urkullu, vislumbra ya cierta recuperación en la economía. Al menos eso destiló ayer su intervención en un marco que tenía poco que ver con la economía: los 30 años de los servicios de emergencias del ejecutivo vasco y las tres décadas que han pasado ya de las inundaciones del 26 de agosto de 1983. Pero ese telón de fondo, le sirvió al lehendakari para trufar su discurso, de apenas diez minutos, de metáforas positivas y esperanzadoras de recuperación y para desgranar la buena situación que puede alcanzar la economía vasca en los próximos meses.
Pero no se pilló los dedos. No puso ninguna fecha para la salida de la recesión y de hecho subrayó que aun queda mucha tarea por hacer en relación a la recuperación económica. "El camino es largo", reconoció, al tiempo que animaba a seguir "alerta porque no es el momento de alardes, sino de humildad", proclamó.
Urkullu afirmó que ve el futuro "con esperanza" después de que "las aguas de la crisis" hayan llegado a "su punto más alto" en Euskadi. Además, aprovechó el foro para llamar a recuperar el espíritu ciudadano que emergió en las inundaciones de 1983 porque Euskadi "sabe salir adelante". Urkullu cree que en Euskadi "hemos construido entre todos un dique de contención que ha hecho que las aguas de la crisis estén siendo controladas, pero seguimos alerta porque no es el momento de alardes, sino de humildad".
El lehendakari visitó ayer el Centro de Coordinación de Emergencias de la Ertzaintza en Txurdinaga (Bilbao) en el 30 aniversario de su creación. Durante su visita, a la que también asistió la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, se proyectó el documental '1983 Euskadi inundada', que ETB estrenará oficialmente el próximo 26 de agosto. En aquellas inundaciones murieron 28 personas y otras cuatro desaparecieron.
En ese contexto, el presidente vasco aseguró que "el nivel de las aguas de la crisis ha llegado a su punto más alto" en Euskadi, por lo que ha dicho ver "el futuro con esperanza". También ha indicado que "aunque no es tiempo de alardes, en Euskadi se ha construido un muro de contención contra la crisis" y aunque "el camino todavía es largo", también es "cada vez más amplio".
Asimismo, ha recordado el espíritu de "unión ciudadana" que se vivió en agosto de 1983, tras las inundaciones, y ha instado a los vascos a recuperar esa "entrega solidaria desinteresada" porque Euskadi "sabe salir adelante". "Hoy los problemas son diferentes, pero el trabajo en común sigue siendo necesario para superar la inundación del desempleo y de la crisis económica, que conseguiremos superar con el espíritu del esfuerzo y del compromiso", ha dicho.
Tope de déficit
No es la primera vez que el lehendakari asegura que Euskadi va a salir de esta crisis. Y, además, "reforzada". De hecho, lo lleva haciendo desde hace meses, pese a que los datos del paro y de la actividad económica no terminan de apuntalar sus palabras. Fuentes de Lehendakaritza admiten que la situación económica todavía es "muy complicada", pero que esperan que los datos sobre recaudación "sobre todo en Bizkaia" tras el verano sean "buenos", lo que permitirá tener datos fiables y consolidados de cara a la reunión del Consejo Vasco de Finanzas de octubre, en el que se fija el techo de gasto del año que viene para todas las instituciones vascas y las previsiones de ingresos.
Los últimos datos conocidos de recaudación revelaban el buen comportamiento tributario en Bizkaia, provincia que ha obtenido por tributos hasta el pasado julio 2.924,2 millones, un 3,1% más que en 2012. La previsión de recaudación realizada por el Consejo Vasco de Finanzas para todo 2013 era de un crecimiento de 3,5% para toda Euskadi, pero está por ver el comportamiento final también de Gipuzkoa y de Álava. Junto a la variable recaudatoria está la negociación abierta con el Ministerio de Hacienda para lograr una décima más en el techo de déficit para Euskadi (1,3% en vez del 1,2% que ofrece el Gobierno central), lo que supondría a su vez unos 70 millones de euros más de capacidad de endeudamiento añadido: en total 400 millones de euros. Y finalmente, la reforma fiscal que tienen previsto pactar -con una mayor presión impositiva- PNV y PSE en septiembre para que entre en vigor el próximo ejercicio.
