Han dejado de escucharse los ecos del ruido de bombas sobre Gaza, pero los lamentos de los palestinos siguen oyéndose poco. La agencia de la ONU para los refugiados de Palestina (UNRWA) declaró el jueves el estado de emergencia en la franja, donde las lluvias son más dañinas, como lo es el frío, porque la destrucción sembrada por la operación que Israel ejecutó el pasado verano acabó con viviendas e infraestructuras. Los bombardeos de Israel mataron a más de 2.200 palestinos. "El bloqueo mata mucho más", asegura Manu Pineda, el activista malagueño que pasó julio y agosto bajo las bombas, como escudo humano, ayudando a evacuar a los heridos, a veces localizando a los muertos bajo los escombros. "El objetivo es que esto no se olvide", resalta. El sábado se celebró el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, declarado por la ONU. 2014 es el Año Internacional de la misma causa.
