El Consejo de Seguridad de la ONU ha reclamado esta noche "claridad" sobre el supuesto ataque con armas químicas que, según la oposición siria, ha dejado más de 1.300 muertos en los alrededores de Damasco. Sin embargo, los miembros del organismo han sido incapaces de acordar acciones concretas o el envío a la zona de los inspectores de la ONU que investigan el uso de armamento químico en Siria desde el sábado.
La denuncia de la oposición siria, acompañada de durísimas imágenes difundidas por organizaciones humanitarias, había obligado al Consejo de Seguridad de la ONU a convocar una reunión de urgencia. Estados Unidos o la Unión Europea han expresado su preocupación por lo sucedido, mientras que Rusia ha calificado la denuncia de "provocación" de la oposición.
El portavoz de la opositora Coalición Nacional Siria (CNFROS), George Sabra, ha asegurado que el de la madrugada del martes al miércoles no ha sido el primer ataque con armas químicas perpetrado por el régimen sirio, pero ha destacado su gravedad. "Los crímenes de hoy constituyen un punto de inflexión en las operaciones del régimen. Esta vez lo ha hecho para aniquilar, más que para sembrar el terror", ha indicado.
En una rueda de prensa en Estambul, Sabra ha criticado la "pasividad internacional" ante el supuesto ataque químico, una actitud que ha interpretado como un respaldo al régimen de Bachar al Asad.
"La catástrofe es enorme"
En un vídeo difundido por grupos afines a la oposición siria a través de Youtube y subtitulado en castellano, al que dan veracidad periodistas especializados en la zona como Mónica García Prieto, un hombre que ejerce de portavoz del centro médico de Jobar, a dos kilómetros de Damasco, explica que el supuesto ataque ha dado lugar a una "catástrofe enorme" con un número fallecidos de "proporciones inconmesurables". "Yo mismo he tenido delante a 50 niños muertos", asegura.
El hombre explica que el efecto del ataque se ha multiplicado debido a que los habitantes de las ciudades bombardeadas decidieron refugiarse en sótanos. "Este gas tan pesado baja hacia abajo, lo que provocó la mayor parte de las heridas", señala. El humo de los fuegos encendidos por las víctimas agravó aún más los efectos de los agentes químicos supuesta empleados en el ataque.
Entre sollozos, el portavoz asegura que entre los fallecidos figuran miembros de los servicios médicos que se movilizaron para atender a las víctimas. "Hemos perdido amigos, que en paz descansen", cuenta.
El régimen sirio niega el uso de armas químicas
El gobierno sirio ha reconocido que ha lanzado en las últimas horas una gran ofensiva sobre los barrios de la periferia de Damasco controlados por los rebeldes, pero ha negado que haya utilizado armas químicas, como ha denunciado la oposición.
Tanto el régimen de Damasco como los insurgentes se han acusado recíprocamente de emplear este tipo de armas en Siria, uno de los siete países que no ha firmado la Convención sobre Armas Químicas de 1997.
Desde que se inició la guerra civil en Siria, en marzo de 2011, han muerto más de 100.000 personas y casi 7 millones necesitan ayuda humanitaria de emergencia, según las últimas cifras de Naciones Unidas.