La fragata británica 'HMS Westminster' ha atracado este lunes en la base naval de Gibraltar, donde va a permanecer en una escala técnica incluida en el marco de las maniobras militares que va a desarrollar en el Mediterráneo.
La fragata recala en la Bahía de Algeciras en un contexto de tensión creciente en el contencioso soberanista entre España y Reino Unido por Gibraltar, recrudecido después de que las autoridades gibraltareñas hayan bloqueado la actividad de los pesqueros en un caladero tapado con 70 bloques de hormigón.
El buque de guerra zarpó el pasado martes del puerto de Portsmouth, en el sureste de Inglaterra, acompañado de dos barcos auxiliares, el Mounts Bay y el Lyme Bay, cuya llegada está prevista a la zona en el transcurso de la mañana.
El HMS Westminster pertenece a la clase "Duke". Con una tripulación de 185 marinos, constituye parte del núcleo duro de ataque de la Marina Real. Botada en 1992, se encuentra en servicio en la Royal Navy desde 1994.
El buque, de 4.900 toneladas, 28 nudos de velocidad máxima, 133 metros de eslora y 16,1 metros de manga, está equipada con 32 misiles antiaire, 8 misiles antibuque y 2 torpedos antisubmarinos.
Esta fragata forma parte de una flota compuesta por otros tres buques de guerra y cinco barcos auxiliares que ha recalado en puertos de España, Portugal, Turquía y Malta, antes de desplazarse hacia Oriente Medio, con miles de militares a bordo.
Precisamente, en el marco de estas maniobras, el buque insignia de la Armada británica, el portaaeronaves "HMS Illustrious", atracó ayer en la base naval de Rota (Cádiz) tras zarpar el pasado 8 de agosto del Reino Unido.
Las tres fragatas que escoltaron al "HMS Illustrious", que tiene previsto realizar una serie de maniobras en el Mediterráneo dentro de la operación "Cougar 13", son las que recalan hoy en el puerto de Gibraltar.
Escalada de declaraciones
El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, en una entrevista concedida al canal público británico BBC, Picardo dijo que la forma en la que las autoridades españolas realizan los registros a vehículos que entran y salen del Peñón, "que habitualmente llevan tan solo unos segundos", está "dirigida claramente de una manera política".
Según el ministro principal gibraltareño, las "grandes" dilaciones que se forman a causa de esos controles dan lugar a una situación "bastante injusta porque afecta a personas inocentes que necesitan cruzar la frontera".
En su opinión, "cuando se gestionan asuntos diplomáticos, estos deberían resolverse a nivel diplomático".
Picardo se mostró esperanzado de alcanzar una solución al conflicto con España, entre otros por la disputa pesquera, y "volver a la normalidad tan pronto como sea posible".
"Hay altas posibilidades de que podamos resolver todos estos asuntos porque trabajamos en un plan para asegurarnos de que las personas que quieran pescar en estas aguas, puedan hacerlo dentro de la ley de Gibraltar", dijo.
Las declaraciones del político se producen el mismo día en que el buque de guerra británico HMS Westminster recaló en el puerto de Gibraltar como parte de una flota que realiza ejercicios militares rutinarios y anuales.
En la misma entrevista con la BBC, Picardo indicó que recibe de manera "constante" amenazas personales en Twitter si bien admitió que no le afectan "en absoluto" y las "ignora".
"Es una de las cosas que viene con este trabajo, hoy en día, si eres político", apuntó.
El conflicto diplomático entre los gobiernos británico y español comenzó con el lanzamiento a finales de julio de 70 bloques de hormigón en las aguas que rodean el Peñón por parte de las autoridades gibraltareñas para supuestamente crear un arrecife artificial que regenere la pesca.
El Gobierno de España, que denuncia que ello impide faenar a los pescadores españoles, comenzó posteriormente a aplicar registros intensos en la frontera de Gibraltar, que cruzan diariamente 35.000 personas, causando colas de varias horas en la Verja.