Mª Dolores de Cospedal se ha reunido en la calle Génova con sus colaboradores y los responsables de comunicación del partido para preparar la declaración de este miércoles ante el juez Pablo Ruz. Fuentes del PP han confirmado que la reunión dura ya “un buen rato” y que se prevé larga. En ella, la secretaria general estudia cómo encarar su comparecencia en la Audiencia Nacional ante el juez, el fiscal y los abogados de la acusación.
Cospedal juega con la ventaja de tener que declarar la última, después de dos de sus antecesores en la secretaría general, Javier Arenas y Francisco Álvarez Cascos, y de los últimos responsables de la caja del PP, Cristóbal Páez y Antonio Ortiz. Así, cuando este miércoles llegue a la Audiencia Nacional, ya sabrá qué han contestado los demás a todas las preguntas. La secretaria general se ha esforzado por explicar que acude “encantada” a declarar como testigo.
De los testimonios de los testigos, hay uno que puede resultar especialmente importante. El de Páez, gerente de Génova hasta julio de hace dos años. Hasta que se le echó del PP, Páez ejerció también de tesorero en la práctica. Su despido fue una de las exigencias de Bárcenas para abandonar sus cargos. De hecho, fue Cospedal la primera que le comunicó que cesaba en sus funciones en julio de 2010. La reacción de Páez fue exigir que fuera Mariano Rajoy quien se lo dijera personalmente. Rajoy le llamó por teléfono y se lo confirmó.