El maquinista del Alvia que se estrelló hace hoy una semana cerca de la estación de Santiago de Compostela provocando 79 muertos reconoció ante el juez que investiga el accidente no recordar qué pasó en los momentos previos a que el convoy descarrilara en la curva de A Grandeira, según la transcripción del interrogatorio que hoy publica El País. Lo que si confiesa Francisco José Garzón es que cuando accionó el freno el descarrilamiento era "inevitable": "Antes de que se me venza el tren, ya llevo todo activado y veo que no, que no paso".
El interrogatorio del fiscal está dirigido fundamentalmente a conocer qué ocurrió en los kilómetros anteriores al accidente. En el tramo que une Ourense y Santiago, el Alvia circula a una velocidad de 200 kilómetros por hora salvo en la parte final, en el acceso a la capital gallega, donde debe reducir a 80.
"¿Qué estaba pensando usted antes de entrar en ese segundo túnel?", le pregunta el fiscal. "No lo sé, si lo supiera...", responde Garzón. El fiscal insiste: "Le pido ese esfuerzo para saber si estábamos centrados...". Y el maquinista no recuerda: "Señoría, le digo sinceramente que no lo sé, no estoy tan loco como para no frenar".
En otro momento del interrogatorio el representante público le inquiere sobre una conversación telefónica con Renfe en los momentos previos al accidente y el acusado responde: "No, no lo recuerdo".
Sin embargo, la apertura de la caja negra del Alvia sacó a la luz una conversación entre el maquinista y quien parece ser un controlador de Renfe. La llamada se habría producido minutos antes de la salida de la vía en su teléfono profesional para indicarle el camino que tenía que seguir al llegar a Ferrol. Del contenido de la conversación y por el ruido de fondo, señala la nota, parece que el maquinista consulta un plano o algún documento similar en papel.