Una ventana desde la que asomarse a los movimientos vecinales que borbotean en España. Es el punto de salida del que parte 'Ciudad Compartida', una iniciativa para poner sobre el mapa –en el sentido literal y también figurado– el trabajo, muchas veces invisible, que nace de entre los bloques de los barrios con o sin apoyo municipal.
El conflicto de Can Vies actuó como un resorte para Merche Negro, la periodista impulsora del proyecto. "La idea surge de una reflexión sobre el tratamiento informativo de esta cuestión, sobre lo rápido que se dejó de hablar de una labor durante 17 años en el barrio de Sants como resultado de la manipulación política", explica Negro. Pero Can Vies no es el único escenario de tensiones en torno a centros autogestionados. Como en Barcelona, otros espacios como La Madreña, en Oviedo, o La Traba, en el barrio madrileño de Arganzuela, han estado en el punto de mira en las últimas semanas.
La biblioteca, la guardería o el banco de alimentos del centro asturiano, muy apreciado por los vecinos ovetenses, no han vuelto a funcionar desde el martes pasado, cuando la policía procedió al desalojo del edificio. La Traba, con uno de los bike park indoor más grandes de España, está de momento bajo la presión de un ultimátum que concluye el próximo 22 de julio. También en Madrid, La Casika, un espacio autogestionado ubicado en el municipio de Móstoles, lleva varios meses en el centro de la diana.
"Si el Gobierno no responde, entonces lo hacemos nosotros", dice la periodista, que considera que la conciencia política ha aumentado ante "la ausencia de Estado" con la excusa de la crisis. "Cuando esto ocurre, la reacción inmediata de los gobiernos es demonizar. La lógica –argumenta– es que mientras que no molesten, el trabajo puede seguir adelante. Pero cuando afloran las reivindicaciones políticas, que han eclosionado a raíz del 15M, el escenario cambia. Antes nos salían ronchas al pensar en el movimiento ocupa. Hoy es verdad que, aunque el asociacionismo es mucho anterior al 2011, el 15M ha limpiado la mirada en este sentido y ha deslocalizado, quizá también como consecuencia de una coyuntura de crisis, las reivindicaciones".
El punto de partida de la wikiweb 'Ciudad Compartida' se ubica, "por motivos de actualidad", en Barcelona. "Utilizando documentación del movimiento ocupa y de colectivos vecinales, hemos localizado, analizado, y procesado la información disponible para mostrar la forma de contactar con los centros", sostiene Negro. Se trata, apunta la impulsora, de "ofrecer todas las posibilidades que hay en cada lugar para que el vecino elija". Eso sí, hay una línea roja. "En el mapa, que en el caso de Barcelona está bastante avanzado, no se sitúan los centros gestionados por empresas con ánimo de lucro".
La colaboración es la base sobre la que se van construyendo los mapas de los diferentes barrios. Cualquier usuario puede compartir información que contribuya a ampliar el universo de centros localizados. Se trata, como se explica en la web, de "escuchar colectivamente, activarse y llevar a cabo acciones locales con la intención de extender los éxitos comunes mucho más allá".
"Si enseñamos los datos de manera clara y diáfana, para lo cual un mapa es una herramienta ideal, podemos reflexionar mejor sobre ellos. E incluso nos puede servir para poner sobre la mesa las desigualdades", señala la impulsora, que indica que solo en el mapa de Barcelona ya puede observarse la relación del nivel económico de los barrios con el número de estos movimientos de base. "Se ve muy claro cómo donde las instituciones y gobiernos municipales no han respondido, los vecinos han tomado decisiones".
Así, a la búsqueda de información se incorpora el rastreo de asimetrías y, como se puede leer en la wikiweb, "el deseo de evidenciarlas como primer paso para borrarlas del... pues eso, del mapa". Es lo que la creadora ha llamado el Equal Data. O, lo que es lo mismo, "utilizar el Big Data para crear una sociedad más justa".