De estar imputado por un delito contra la ordenación del territorio en una de las piezas del caso Unión por la construcción ilegal de su 'mansión' de más de 1.500 metros, el arquitecto Carlos Morales, marido de Alexia de Grecia, ha pasado a ser bendecido en el nuevo Plan General de Ordenación (PGO) de Yaiza como promotor de una de las pocas bolsas de suelo que se recalifican en todo el municipio, con la posibilidad de levantar más de 60 viviendas. Y todo en poco más de un año.
El nuevo Plan General, cuya elaboración y aprobación el Ayuntamiento de Yaiza entregó al Gobierno de Canarias, califica como suelo urbanizable sectorizado no ordenado la franja de suelo de 85.000 metros cuadrados que separa las urbanizaciones de Puerto Calero y Cortijo Viejo. Es decir, bastará con presentar un documento en el que se defina dónde irán las villas y dónde las calles para que el Ayuntamiento dé vía libre a su ejecución.
Según Diario de Lanzarote, hasta ahora, la zona estaba vedada a nuevas construcciones. Otro arquitecto, Fernando Higueras, considerado uno de los más destacados profesionales del siglo pasado en España y estrecho colaborador de César Manrique, estableció en el Plan General de Yaiza de 1973, que todavía está vigente, una disposición avanzada para la época, en los albores del turismo: la obligación de dejar una franja de 50 metros de zona verde en los bordes de las futuras urbanizaciones, para evitar la sensación de masificación.
La franja de terreno que separa Puerto Calero de Cortijo Viejo tiene unos 115 metros de ancho. El equipo redactor del Plan General de Yaiza, encabezado por el urbanista Jorge Coderch, reconoce que esa obligación de dejar zonas verdes entre las urbanizaciones “supuso la inviabilidad de hecho” de cualquier desarrollo urbanístico.
En esa franja de terreno, en la que no se podía construir, el matrimonio formado por Carlos Morales y Alexia de Grecia compró 5.134 metros el 11 de abril de 2005. Luego Morales adquirió otros 5.135 metros el 18 de octubre del mismo año a través de la sociedad Island Kowledge on Settlement. Quien le vendió la primera finca fue un ciudadano llamado Heinrich Becker. Pagó 257.000 euros y en la escritura se detalla con claridad que lo que se vende es una finca rústica.
Ese mismo año, el entonces alcalde de Yaiza, José Francisco Reyes, le concede la licencia de construcción de una vivienda en primera línea y la urbanización de las inmediaciones. El vendedor declararía ante la Guardia Civil que había intentado construir y que ni el Ayuntamiento ni el Cabildo se lo habían autorizado.
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