El PSOE no dará libertad de voto a sus parlamentarios en la votación de la Ley Orgánica que certifica la abdicación del Rey, y que será aprobada el miércoles en el Congreso y el 17 de junio en el Senado.
Según fuentes de la dirección del Grupo Parlamentario Socialista, la decisión está tomada de acuerdo con la dirección del partido y no se va a modificar aunque lo hayan pedido algunos diputados.
Así lo comunicará oficialmente la portavoz socialista Soraya Rodríguez en la habitual reunión del Grupo Parlamentario para preparar el pleno de la semana, que se ha convocado para el próximo martes a las 12.30 horas.
El PSOE prevé que en dicha reunión haya voces discrepantes e, incluso, que vuelvan a surgir propuestas sobre la necesidad de un referéndum entre monarquía y república. La dirección del partido cree que serán minoritarias y que la postura que ya ha tomado el PSOE en este asunto no se va a mover ni un ápice.
Soraya Rodríguez dijo a eldiario.es que el PSOE no teme al debate interno y que éste ya se produjo en la Conferencia Política del partido, pero que no cabe dar libertad de voto "para aprobar una ley que es meramente procedimental. El PSOE cumplirá con sus compromisos constitucionales".
Con Rubalcaba al frente y el apoyo de Susana Díaz, el PSOE sigue intentando cerrar filas y frenar críticas internas. De hecho, según fuentes de Ferraz, se cree que a día de hoy "la inmensa mayoría de los diputados y senadores socialistas votará a favor de la Ley Orgánica".
La posición oficial del partido es que ahora no es el momento de abrir este debate, al que no se opone en otras circunstancias. Así, la dirección del PSOE recuerda que lleva meses proponiendo abrir una negociación sobre la Constitución e ir a un nuevo modelo de Estado y, aunque nunca ha hablado de ir a un proceso constituyente, mantiene que de darse esta circunstancia los socialistas están dispuestos a hablar de todo, incluido el referéndum.
Sin embargo, ahora el PSOE se ha instalado en el discurso de mantener el consenso constitucional y de ahí no se va a mover, por lo que ha pedido a los suyos que mantengan la disciplina interna porque es un asunto que sí tiene mucho calado en sus bases tradicionales y no quieren más fuga de votos.
Los socialistas confían en que la tormenta será cosa de dos semanas y, una vez celebrada la proclamación del rey Felipe VI las aguas volverán a su cauce en el partido. No obstante, una importante dirigente del PSOE indicó que, más tarde o más temprano, los socialistas deberán afrontar este debate desde otras perspectivas.