Dicen que todo en la vida depende del color del cristal con que se mire y por lo que se vio ayer en Madrid, empresarios e inversores internacionales llevan unas gafas muy distintas a las del Gobierno a la hora de analizar la recuperación económica de España.
A primera hora de la mañana, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguraba que "la economía española está pisando el acelerador de la vuelta al crecimiento". Con estas palabras inauguraba un foro organizado por la revista The Economist que ha congregado a políticos, empresarios e inversores para analizar la situación económica del país.
Poco después el Ministro de Economía, Luis de Guindos, auguraba un claro cambio de ciclo económico, una recuperación visible ya en 2014 y un crecimiento potencial estimado para el medio plazo del 3%. Por otro lado, el titular de Industria y Turismo, José Manuel Soria, insistía en la recuperación del crédito y colocaba a la economía digital como uno de los sectores que debe convertirse en motor de crecimiento.
Sin negar el posible cambio de tendencia de la economía española respecto al año pasado, los empresarios e inversores internacionales que pasaron por las alfombras rojas del pomposo Casino madrileño (de un perfil mucho más discreto que en años anteriores) rebajaron considerablemente el optimismo oficial.
Sin duda, las criticas más directas llegaron por parte de los empresarios de la economía digital. Activos emprendedores españoles como Jesús Encinar, fundador de idealista.com, Zaryn Dentzel, fundador de Tuenti, y Javier Pérez Dolset, presidente de Zed Group, fueron algo condescendientes con el ministro Soria, con quien compartieron panel y le dejaron claro que el acelerón del que habla Rajoy no les convence demasiado.
"Conseguir crédito en España no solo es difícil. Cuando se logra hay pagar cuatro o cinco veces más de lo que pagan nuestros competidores directos externos", aseguró Javier Pérez. Este no sólo es un problema para la economía real española en este momento, sino que amenaza con serlo también en el futuro. En una economía globalizada, pensar que las empresas van a quedarse esperando a que las cosas se arreglen en España, es una utopía que solo parece estar en la mente de los políticos. El fundador de Tuenti ha recordado que ahora ya se puede ir a buscar dinero a cualquier parte del mundo e incluso asentarse en otros países. Así lo están haciendo él y buena parte de los emprendedores y empresarios españoles. Es decir, España no sólo está perdiendo talento juvenil, también empresas de éxito que podrían tirar de la recuperación.
Esta tendencia se puede agravar si continua la competencia fiscal desleal que tienen que soportar las empresas españolas frente a las multinacionales asentadas en el país, según denunció el fundador de Idealista, Jesús Encinar. "Idealista paga más impuestos que Google, Microsoft y Facebook juntos. ¿Cuándo van a pagar las multinacionales también, ministro?", reclamó el empresario a José Manuel Soria. También le recriminó que quienes apuestan por invertir en start up españolas deban pagar el 50% de impuestos, mientras que los que optan por las inversiones exclusivamente financieras en Luxemburgo sólo paguen el 1%.
Los inversores internacionales tampoco fueron mucho más complacientes. Por supuesto, la situación de España está lejos del pánico existente hace poco más de un año, cuando todo el mundo pensaba que el euro tenía los días contados. Pero aún así, la aclamada confianza de los mercados tiene más que ver con el descarte de otras oportunidades que con una verdadera apuesta por el país.
España canaliza el apetito por el riesgo
Huw Pill, economista jefe en Europa de Goldman Sachs explicó que la vuelta por el apetito inversor sobre España se debe a que la caída de los tipos de interés en Gran Bretaña y EEUU ha obligado a los fondos internacionales a invertir en activos de riesgo y, sin el miedo a la ruptura del euro, España ofrece una gran rentabilidad. Pill explicó que todavía es un país de alto riesgo. "El vaso está todavía más vacío que lleno, y sin un crecimiento fuerte del PIB, la recuperación va a ser muy lenta".
Su compañero de panel, Myles Bradshaw, vicepresidente de PIMCO, el mayor inversor de bonos del mundo y uno de los primeros que apostó por la volver a comprar deuda española tras lo peor de la crisis, advirtió que "aunque España ha puesto las bases de la recuperación, todavía le quedan muchas reformas por hacer y, al menos dos o tres años, para ver los resultados de una recuperación".
La aclamada reforma financiera, de la que tanto se jacta el ejecutivo, tampoco está culminada, según estos ponentes que son la cara más cercana de lo que llamamos Mercados. "La reforma financiera está en marcha, pero no ha concluido. Los bancos todavía están demasiado centrados en desapalancar sus balances como para volver a prestar", reconoció Bradshaw. En ese sentido, Andrés Rubio, socio del fondo de inversión de alto riesgo Apollo Management International, advirtió que "la banca española todavía tiene activos inmobiliarios muy pesados en su cartera y que los tiene que liquidar en los próximos años para ganarse de verdad la confianza de los mercados ".
Por todo ello, la esperada recuperación del crédito, la que, según el ministro de Economía ya va a llegar a las pymes, es sólo una realidad para las grandes. "La financiación de las grandes empresas está brillantemente atendida", reconoció Antonio Zoido, Presidente de Bolsas y Mercados Españoles. Pero todo se complica a medida que desciende el tamaño de la empresa. "El único canal al que pueden acceder las pequeñas empresas y las microempresas es el del ICO", reconoció el presidente del Instituto de Crédito Oficial, Román Escolano. Quién además, aprovechó la jornada para anunciar que el organismo que preside ha vuelto a marcar un máximo histórico al prestar hasta el 31 de mayo 8.500 millones de euros.
Y en todo este repaso ¿alguien se ha acordado que la economía española tiene más de cuatro millones y medio de parados? La cuestión estuvo sobre la mesa en varias ocasiones, pero ni por parte de los empresarios, ni del Gobierno se escuchó ninguna medida concreta para abordar el que todos reconocen como principal problema de la economía española. Eso sí, todos coinciden en insistir en que la reforma laboral ha ido por buen camino y que se debe insistir en ese tipo de medidas. Sin duda, este fue el tema en el que más reinó el consenso entre políticos y empresarios en la cita madrileña de los mercados.