PP y PSOE van de la mano en la gestión del relevo en la monarquía. Según fuentes de Zarzuela, el proceso que queda por delante se vive con la tranquilidad de quien sabe que los principales partidos no pondrán problemas a la hora de aprobar la ley que resuelve la abdicación, que llegará al Congreso en los próximos días. En Zarzuela dan por hecho que los plazos no se prolongarán más allá de cuatro o seis semanas, por lo que Felipe VI llegará a la jefatura del Estado, como tarde, a principios de julio.
Los expertos consultados para decidir el proceso se han enfrentado en torno a dos posibles soluciones: redactar una ley que regule con carácter general todos los supuestos de abdicación o una ley específica para este caso. La opción elegida finalmente ha sido la segunda, por lo que en Moncloa trabajan ya en una ley de redacción muy breve y que, según fuentes conocedoras del proceso, tendrá como mucho dos artículos.
Tras la redacción de esa breve ley, el texto deberá ser aprobado por Congreso y Senado. En Zarzuela calculan que el proceso se prolongará entre cuatro y seis semanas, por lo que la proclamación de Felipe VI podría programarse para finales de junio o principios de julio. El proceso parlamentario prevé la posibilidad de que los grupos presenten enmiendas. Ni PP ni PSOE lo harán y tumbarán con sus votos cualquiera que se plantee más allá del texto pactado por Rajoy y Rubalcaba.
Tras abandonar el trono, el rey perderá su inviolabilidad, aunque nunca podrá ser juzgado por hechos relativos a su periodo al frente de la Casa Real.
Una vez coronado, Felipe VI tendrá que hablar con su padre para asignarle nuevas funciones, un equipo y dotación económica. La asignación que reciba el rey saliente a partir de ahora se nutrirá de los fondos de la Casa Real. Con respecto a la reina Sofía, Zarzuela da por seguro que centrará sus funciones en la presidencia de la fundación que lleva su nombre.
En Zarzuela dan por seguro que, tras la aprobación de la ley que resuelve la abdicación, habrá que revisar varios decretos como el relativo a las cuestiones de protocolo. Los cambios previstos plantean que la Familia Real quede reducida a los nuevos reyes, sus padres y sus hijos. El resto de miembros, más allá de ese círculo, quedarán englobados en el epígrafe "familia del rey", sin que ello comporte privilegios especiales.
En Zarzuela contemplan también la posibilidad de que PP y PSOE planteen con posterioridad otra ley para aforar a Juan Carlos. Esa decisión "es potestad del Parlamento", dicen en Zarzuela, pero las fuentes consultadas señalan que la decisión de hacerlo está tomada y forma parte del pacto alcanzado entre Rajoy y Rubalcaba.
Cómo llamar al rey saliente
Queda por aclarar la cuestión no menor de cómo se llamará el rey saliente. Para ello deberá modificarse el "Decreto de títulos, tratamientos y honores de la Familia Real y de los regentes". A día de hoy, se valora la posibilidad de mantener la terminología "rey Juan Carlos", sin descartarse que finalmente la referencia a quien ostentó la jefatura del Estado durante 39 años sea un simple Don Juan Carlos.