Aprovechar una plaza libre en un viaje o alquilar una habitación que se queda vacía durante un tiempo, solo con un clic -o dos-. Si hace unos años únicamente era posible si uno se encontraba con un anuncio por palabras o gracias al boca a boca entre amigos, ahora la tecnología ayuda al nacimiento de un boom de aplicaciones y plataformas que ponen en contacto a vendedores y compradores a través de Internet o aplicaciones de móvil. El ahorro económico -en un momento de crisis profunda- combinado con un enfoque social y ecológico han permitido que plataformas como Airbnb, Uber o Blablacar se conviertan en una alternativa que pisa cada vez con más fuerza. Frente a este auge, algunas patronales y empresas tradicionales se cuestionan la legalidad del negocio de estas plataformas que no tienen regulación y las acusan de competencia desleal.
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