No puedo estar más de acuerdo con usted. Los gemelos separados al nacer por fin se reúnen y, como de costumbre, comprobaremos que llevaban vidas paralelas sin saberlo: cuando uno se rompía una pierna, el otro también sentía dolor; ocuparon al mismo tiempo consejos de administración en empresas y bancos semejantes; adquirieron mansiones del mismo tamaño y con idéntico número de cuartos de baño; y hasta contrajeron parecidas nupcias y créditos al mismo interés gracias a los mismos facilitadores de contactos.
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