El politólogo y catedrático francés Sami Naïr afirma que el candidato socialista a presidir la Comisión Europea, Martin Schulz, no cambiará la política de austeridad de la Unión Europea porque es "prisionero" de la alianza entre la canciller alemana, Angela Merkel, y el partido socialdemócrata.
En una entrevista con Efe con motivo de la publicación de su libro "El desengaño europeo" (Galaxia Gutenberg), Naïr explica que con las elecciones europeas que se celebrarán el próximo 25 de mayo es necesario acabar con la "Europa del castigo" y de los países potentes frente a los pobres, de los dominantes y los dominados.
Europarlamentario hasta 2004, Naïr asegura que Schulz es "un buen diputado y un hombre de muy alta calidad personal, progresista y humanista en el sentido profundo", pero advierte de que no podrá acabar con esta Europa del castigo ni desarrollar una política en contra de la voluntad de Merkel.
El politólogo augura que la campaña europea será "demagoga", porque los partidos progresistas y conservadores maximizarán de manera ficticia sus diferencias, que en el Parlamento Europeo suelen desembocar en un voto común para la misma orientación.
Naïr denuncia que Europa vive su peor momento, con una Comisión Europea que sigue una política de "austericidio" siguiendo el modelo norteamericano, basado en "acabar con el concepto de interés general, servicios públicos e igualdad de oportunidades", un sistema que resulta "insostenible", a su juicio.
En su opinión, el Parlamento Europeo debe tener una alternativa al liberalismo "devastador" de la Comisión, estar vinculado a la soberanía popular y desarrollar políticas que se alejen de los dirigentes "tecnócratas" y "actúen en nombre de los ciudadanos", con una dimensión política en la UE.
Naïr subraya que Alemania no permitirá la creación de un gobierno político europeo, pero confía en que países como Italia, Grecia, Portugal o España creen una "relación de fuerza" frente a la política de austeridad germana.
Además, estima que la hegemonía alemana ha superado el espacio económico y ha llegado al político, con una nación "que quiere dominar al resto".
La única solución que Sami Naïr cree posible es que la ciudadanía establezca controles sobre el trabajo de los partidos políticos y que estas formaciones acuerden un programa de salvación europeo frente a la política "impuesta por Alemania y la Comisión".
En caso de no desarrollar este programa de salvación política, la UE verá crecer el auge de los extremismos, con el aumento del "desprecio" hacia los países pobres de la UE, una visión que sólo podría cambiarse "con políticas sociales", según el politólogo.
Explica que los extremismos se deben a una desvinculación "cada vez más importante" entre las élites dominantes y la inmensa mayoría del pueblo.
Una desvinculación que, según Naïr, ha llegado también a la inmigración, un asunto en el que cree que la UE es "ultraegoísta" y se muestra como una "fortaleza" para los inmigrantes que aún conservan la UE como modelo de calidad de vida.
Esta reacción hacia quienes vienen de otros países ha sido "lamentable" también en Ucrania, un país al que Sami Naïr afirma que la UE "ha prometido muchas cosas sabiendo que no las cumpliría" y que ha utilizado como "elemento de oposición" hacia Rusia.
"Hay alternativas y hay esperanzas", concluye Naïr, quien confía en que la UE opte por dejar de ser una "pesadilla" y favorezca los intereses comunes.