El verdadero antiespañol es quien esconde su dinero en Suiza, como Francisco Granados. Quien disfruta de un ático de lujo en la playa bajo la sombra de testaferros y paraísos fiscales, como Ignacio González. Quienes hunden una caja cuya obra social había sobrevivido tres siglos e hipotecan en su rescate a los españoles, como Miguel Blesa o Rodrigo Rato.
Antiespañol es quien recorta en educación, pero deja dinero para que las ayudas para guardería lleguen a una familia "necesitada" como la suya, de esas que ingresan más de 100.000 euros anuales, como Lucía Figar. Quienes cobran sobresueldos del partido y acumulan varios salarios del dinero público mientras recetan austeridad a los españolitos, como María Dolores de Cospedal o Mariano Rajoy. Quienes financian su campaña electoral de forma irregular con dinero de "donantes" como Gerardo Díaz Ferrán, que después se llevan millones en contratos públicos, como pasó con Fundescam y Esperanza Aguirre.
¿Antiespañoles los antitaurinos? Si de verdad tiene razón Aguirre y España se levanta sobre el amor de sus ciudadanos por las corridas de toros, esta patria está perdida. Por más puñetazos en el pecho que se den quienes defienden las corridas de toros, la realidad es que esta "fiesta" de nacional tiene muy poco. Según una serie de encuestas de Gallup, cada año hay menos taurinos, especialmente entre los jóvenes: casi al 70% de los ciudadanos no le interesan nada los toros (será culpa de Disney, como dice Marhuenda). Y cerca del 40% de los españoles se declaraban ya en 1995 antitaurinos, según el CIS, y por tanto "antiespañoles", según la populista definición que ha dado Aguirre.
Que el nacionalismo use las corridas de toros como bandera tampoco es novedad. Ni siquiera es el nacionalismo español el único en hacerlo. Esperanza Aguirre debería saber que el histórico diputado de Herri Batasuna Jon Idigoras fue también conocido como "Chiquito de Amorebieta" cuando se dedicaba a la lidia. Y que el PNV financia desde los ayuntamientos las corridas en Euskadi con el mismo fervor con el que regaba de dinero público este espectáculo la "liberal" (para lo que quiere) Aguirre. Son también toros, pero toros vascos. Mueren igual, sin entender de patrias.
Los españolistas del capote sí tienen razón en una cosa: en señalar la hipocresía de esos partidos catalanes que vetaron las corridas pero permiten los correbous, tan crueles como las banderillas.
Es tan hipócrita como esos "liberales" que critican las "mamandurrias", salvo cuando se trata de subvencionar la tortura de animales.
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P.D. Soy antitaurino, sí. Y español. Y de Burgos. Castellano por cultura y orígenes. Curioso por mi historia, cansado de que se queden con ella. Creo en la sociedad y en las personas mucho más que en las naciones y sus banderas. Soy español, pero detesto esa idea de España donde no todos cabemos. Si ellos son la patria, yo soy extranjero.