Sabina Huilca, una indígena quechuahablante de la región peruana de Cuzco, dio a luz a una niña en agosto de 1996 en una ambulancia, cuando iba camino del hospital. A sus 26 años era su cuarto hijo y sería el último, aunque entonces ella no lo sabía. La llevaron a un centro de salud en el pueblo de Izcuchaca, donde le insistieron en que se quedara un día más para hacerle "una limpieza".
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