“Las fuerzas de ocupación marroquíes me torturaron viendo cómo abusan de una mujer saharaui delante de mí, sin que yo pudiera hacer nada”. “En el año 2005 me detuvieron por primera vez, me desnudaron, arrojaron agua fría sobre mi cuerpo y también orina, querían que les dijera de dónde sacábamos las banderas saharauis”. “Te cuelgan de las manos y de las piernas y te golpean, para intentar sacarte información”.
Hassana Aalia es un activista saharaui por la defensa de los Derechos Humanos de 25 años de edad, que espera en Bilbao a que se tramite su solicitud de asilo político en España. En Marruecos fue condenado a cadena perpetua en el juicio contra los saharauis participantes en Gdéim Izik, el campamento levantado en otoño del 2010, en las proximidades de El Aaiún ocupado, por miles de saharauis para protestar por la violación de sus derechos. Ya había sido juzgado por esto y había sido declarado absuelto. No se presentó al juicio, estaba en España y ahora no puede volver a su tierra. Fue un juicio ejecutado por un tribunal militar, aunque los procesados fueran civiles.
Este mes de abril se decidirá en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas la renovación de la Minurso (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental). Es una fecha clave para la población saharaui, pues reclaman la incorporación de la vigilancia del respeto de los derechos humanos entre las competencias de esta misión. “Es la única misión de este tipo de Naciones Unidas en todo el mundo que no vigila el cumplimiento de los derechos humanos, y las fuerzas ocupantes de Marruecos continúan violando los derechos de la población saharaui en los territorios ocupados”, explica Bucharaya Beyún, delegado del Frente Polisario en España.
En la votación del año pasado, por primera vez, Estados Unidos planteó la posibilidad de incluir esta competencia para la Minurso, sin embargo la negativa de Francia, miembro permanente en el Consejo de Seguridad con derecho al veto, y la presión de otros países, como España, echaron para atrás la iniciativa norteamericana. “La postura del Gobierno español es vergonzosa, pues España sigue siendo responsable de lo ocurra en el Sáhara Occidental”, comenta Beyún.
Hay que recordar que la excolonia española sigue siendo un territorio no autónomo según la legalidad internacional, pendiente de que se finalice su proceso de descolonización, y que mientras tanto, el Estado español continúa siendo la potencia administradora de este proceso, mientras que Marruecos perpetúa una ocupación ilegal desde el año 1975.
Por ello, y a pesar de las enormes dificultades que tienen los saharauis en la zona ocupada para desarrollar sus derechos a reunión, manifestación y libre expresión, numerosos colectivos de saharauis han lanzado una campaña de presión para la inclusión de la vigilancia de los derechos humanos entre los deberes de la misión internacional.
“Los movimientos saharauis han organizado la campaña, y se manifiestan el día 15 de cada mes en las calles de las ciudades del Sáhara Occidental pacíficamente, aunque la represión posterior es enorme”, declara Hassana Aalia. Esta campaña surgida desde las zonas ocupadas ha sido apoyada desde diferentes actores internaciones. En este sentido, CEAS-Sáhara (Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara) ha lanzado un envío masivo de cartas a los miembros del Consejo de Seguridad. Además, está organizando concentraciones los días 15 de cada mes en diferentes ciudades del Estado español.
De la misma manera, importantes plataformas de defensa de los derechos humanos estadounidenses han movido ficha de cara a la próxima decisión del Consejo de Seguridad. El Defense Forum Foundation en colaboración con el Centro Robert Kennedy por la Justicia y los Derechos Humanos invitaron el pasado 24 de abril a la activista saharaui, Aminatu Haidar, a que interviniera en el Congreso de Estados Unidos para intentar influir en la postura de la potencia americana. “Estamos dando toda la visibilidad posible a la situación de los derechos humanos en los territorios ocupados, ya que, aunque Marruecos esté mandando mensajes de que se ha mejorado en esta materia, para los saharauis la situación está cada vez peor, tal y como han podido comprobar las delegaciones internacionales que han podido visitar la zona en este periodo”, asegura el representante del Frente Polisario en España.
Esperanza de cambio
La situación es muy delicada. ¿Cómo vive la población saharaui las negociaciones que se celebran en la sede de Naciones Unidas en Nueva York? “Tenemos esperanza de que este año se cambie la postura, es muy difícil, porque Francia tiene derecho de veto y siempre apoya a Marruecos sin darle importancia a los Derechos Humanos, pero tenemos esperanza”, reflexiona el joven Aalía.
Por su parte, Bucharaya Beyún afirma: “El enviado especial del Secretario General de la ONU, Cristopher Ross, ha viajado en dos ocasiones a Marruecos, durante la segunda de ellas, ni siquiera fue recibido por el ministro de Exteriores marroquí, sabemos que la presencia de instituciones internacionales les molesta mucho, porque no cumplen los derechos humanos, esperamos que los miembros del Consejo de Seguridad estén a la altura de las circunstancias”.
Y es que el Frente Polisario, desde que en el año 1991 las partes firmaran un alto el fuego, ha apostado siempre por la diplomacia como método de resolución del conflicto. Sin embargo, la situación poco ha avanzado en este tiempo, la comunidad internacional ha dado pasos nulos en el proceso de descolonización, pero tampoco ha avanzado en la exigencia del cumplimiento de los Derechos Humanos. Debido a esto, el momento es delicado, según percibe el Frente Polisario. “Nos están obligando a tener que plantearnos otros instrumentos, la población saharaui cada vez cree menos en la diplomacia, y si no se incluye una instancia internacional que vele por los Derechos Humanos, y a esto le sumamos el expolio de nuestros recursos naturales, la aparición de fosas comunes que demuestran el genocidio que el ejército marroquí llevó a cabo contra nuestro pueblo o los recortes en la ayuda humanitaria para los refugiados tendremos que plantearnos nuestros modos de actuación”.
Un conflicto enquistado, en el que el Estado español no ha adoptado los pasos que la legalidad internacional le exige como potencia administradora. “El Gobierno español sigue apoyando a los torturadores, fue quien más se movió para que en el Parlamento Europeo se aprobara un acuerdo de pesca ilegal con Marruecos”, aclara Hassana Aalia. “Es vergonzoso que este Gobierno se esté portando peor con nuestro pueblo de lo que lo hizo el anterior socialista, que ya lo hizo mal. Margallo retiró a los cooperantes de los territorios, ha reducido la ayuda humanitaria y siempre se pone en el lado de la balanza marroquí. No creemos que se ponga del lado de los Derechos Humanos en esta negociación”, concluye Beyún.