Con un déficit del 2,33% y una liquidación del presupuesto con pérdidas de 3.399,47 millones de euros la Generalitat tiene urgencias económicas, y una de las consecuencias a las que se ve obligado el gobierno valenciano es a vender patrimonio, y no sólo propiedades inmobiliarias como solares o locales, sino también otro mucho más significativo como los bienes de RTVV, el circuito de velocidad Ricardo Tormo o la Ciudad de la Luz.
La liquidación de RTVV implica no sólo despedir a sus 1.600 trabajadores, sino dar salida también a sus bienes y ver que se puede sacar de estos. Aunque parece que la Generaltiat no confía en conseguir mucho rendimiento ya que, según denunciaba este jueves el PSPV, de un patrimonio valorada en 100 millones de euros únicamente se prevén recuperar 39 millones. Para los socialistas se trata de "malvender" el patrimonio del ente público para dificultar su posible recuperación en un futuro.
Por los grandes proyectos la Generalitat también escucha ofertas como es el caso del circuito de velocidad Ricardo Tormo de Cheste, el cual tenía que entrar en el paquete del suelo público que se cedería para que se construyera el Parque Ferrari del que de momento parece que se va a Tarragona y olvida el proyecto valenciano.
Otro de los grandes proyectos es la Ciudad de la Luz, la cual se pretende trocear para vender más fácilmente por piezas como explicaba el propio President de la Generalitat, Alberto Fabra. No obstante esta venda tiene su propia trampa, porque la venta sería para devolver las ayudas que el gobierno valenciano recibió de Europa, ya que estas fueron declaradas ilegales. Por unos estudios de cine que se han declarado ruinosos se pretende conseguir el máximo dinero posible para pagar los 265 millones de subvención que Bruselas reclama que se devuelvan.
Otra modalidad que ha utilizado la Generalitat en los grandes proyectos para intentar recuperar la inversión al menos en parte (o que deje de ser una sangría económica) es la privatización de la gestión. En este caso estarían el La Ciudad de las Artes y las Cincias, y también el aeropuerto sin aviones de Castellón.
Finalmente y de forma indirecta cabe recordar también la implicación de la Generalitat de forma indirecta en la venta del Valencia CF, dado que el gobierno valenciano es avalista del actual propietario mayoritario de las acciones, la Fundación Valencia CF, y ha sido la Generalitat quien intervino tanto para nombrar al presidente del club como al de la Fundación. Ahora, pese a querer mantenerse al margen del proceso de venta a grandes inversores extranjeros que canaliza Bankia (entidad acreedora de la Fundación a quien prestó el capital para comprar la mayoría de las acciones), pero la Generalitat vigila la venta de uno de los mayores símbolos valencianos por haberse jugado dinero público durante cuando empezó a explotar la burbuja del fútbol.
El camino iniciado con la venta de la banca valenciana (Bancaixa, Banco de Valencia y la CAM) y del emblemático parque de atracciones Terra Mítica, va a tener próximamente nuevas secuelas en una espiral frenética por evitar la bancarrota de la Generalitat.