"¿Por qué tengo que pagar para que mi hijo mayor aprenda a nadar, si a su hermano pequeño le sale gratis?", razona Laura Vergillos. Como ocurre con la mayoría de niños con autismo, su hijo Juanma, de ocho años, no goza de los mismos derechos que el resto de menores. Las actividades extraescolares, el ocio, siguen vetados a la mayoría de personas con el también conocido como Trastorno del Espectro Autista (TEA).
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