El Ministerio de Fomento ha suspendido la reunión que tenía previsto celebrar este lunes con los bancos y las constructoras sobre el plan de rescate de las autopistas de peaje que el Gobierno planteó al sector la pasada semana, según fuentes de Fomento.
El Departamento que dirige Ana Pastor ha cancelado el encuentro con el fin de evaluar las propuestas al plan que en los últimos días le han remitido las entidades financieras y las sociedades concesionarias de las vías.
El Ministerio volverá a convocar al sector en una fecha aún por determinar una vez que analice estas respuestas, según detallaron en fuentes de Fomento y del sector.
Representantes de los seis grandes bancos y el presidente de la patronal de constructoras y concesionarias Seopan, Julián Núñez, estaban convocados a una reunión en la tarde de este lunes en el Ministerio de Fomento para dar su respuesta al plan de rescate de las autopistas en quiebra que el Gobierno les presentó el pasado martes.
Las entidades financieras y las constructoras y concesionarias de las vías están dispuestas a convenir con el plan, si bien en los últimos días habían manifestado su voluntad de negociar alguno de sus términos.
Así, la banca acreedora pretende negociar mayores garantías y algún margen más de rentabilidad al bono en que se convertirá el importe que le deben las autopistas.
En cuanto a las constructoras, tratan de que el Gobierno les reconozca un importe mayor de deuda argumentando que ya en su momento les aplicó una quita del 50%. Según aseguran, del importe de casi 1.000 millones que la administración debe por modificados de obra, solo les reconoce 471 millones, monto en el que ahora se aplicaría la quita del 50%.
Plan de rescate con quitas
El pasado martes, el Gobierno presentó al sector el plan que ha diseñado para rescatar a las nueve autopistas de peaje en quiebra. El proyecto pasa por integrar las vías en una sociedad 100% pública tras, previamente, realizar una quita del 50% tanto a la deuda financiera que soportan como al monto que la administración debe a la constructoras que las construyeron.
Los importes restantes de deuda, unos 2.400 millones de euros de los bancos y unos 240 millones de las constructoras, se convertirá en un bono a treinta años con una rentabilidad del 1%.
Con la fórmula de titulizar la deuda, el Gobierno busca evitar que el rescate de las vías impacte en la cuentas públicas y en el déficit. También se pretende que la nueva sociedad de autopistas soporte un menor coste por servicio de deuda, tenga más margen de viabilidad y menos riesgo de que Bruselas la considere ayuda de Estado.