El ultramoderno, y a la vez ultracaro, sistema de seguridad y protección del tren de alta velocidad conocido con las siglas ERTMS se hizo célebre por sus carencias en el accidente del tren Alvia en la estación de Santiago de Compostela el pasado verano. Ahora vuelve al centro de la polémica. Las empresas multinacionales y nacionales que concurren habitualmente a los concursos de suministro del sistema, Bombardier, Siemens, Ansaldo, Alstom, Thales, CAF, se han enzarzado con acusaciones mutuas de concertación de precios y de baja temeraria ante la perspectiva inminente de ganar o perder contratos (jugosos, pese a los tiempos de crisis) por un valor de unos 400 millones de euros.
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