Las 'líneas rojas' que el mismo Alberto Fabra trazó contra la corrupción en la Comunitat Valenciana ya nadie sabe dónde estan, él mismo se ha encargado de difuminarlas de tal modo con diferentes varas de medir que hasta los propios militantes parecen desconcertados.
Este domingo en un acto en Alicante el presidente del PPCV dio su apoyo explícito a la alcaldesa de la ciudad y diputada en Corts, Sonia Castedo, imputada en el caso Brugal, la trama corrupta que a más políticos 'popuares' impregna en la provincia. Y lo hizo después de que Castedo se lo reclamara, y no apelando a la inocencia, ni al proyecto político, ni a la gestión, lo hizo apelando a la "lealtad", diciendo que se debe recompensar a los que están "a las duras y a las maduras".
Dicho y hecho, tras esta pedida de apoyo Fabra contestó que "ahí estaremos todos ayudándote", y no contento con ello fue más allá y animó a los populares a "no agachar la mirada" y contestar a aquellos que reprochen a los 'populares' la corrupción con un "y tu más". Alberto Fabra aseguró que un informe del Consejo General del Poder Judicial "hizo una memoria en 2013 sobre los procesos judiciales" y concluyó que de más de 1.600 en toda España en Andalucía había más de 656 y en la Comunitat 250.
Este quiebro en la limpieza de la corrupción dentro del PP se ha producido sólo días después de que Fabra empujara a la renuncia a Angélica Such por el caso Gürtel, y también tras poner al borde del precipicio a la también diputada Milagrosa Martínez quien se aferra a su escaño, apelando a apoyos explícitos como el del presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus. Así, pese a que hasta el vicepresidente de la Generalitat, José Císcar, afirmó que la expulsión de Martínez "no tiene vuelta de hoja", no parece que la presión haya sido la misma para el exalcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi, también imputado en Brugal, ni tampoco para Castedo, a quien acaba de dar su apoyo explícito.
