Una semana ha esperado Izquierda Unida de Madrid (IUCM) para valorar en público el Consejo Político Federal del partido que el pasado sábado eligió la candidatura que concurrirá a las elecciones europeas del próximo mes de mayo y que, en su opinión, excluye a la segunda federación de la coalición. Ya en frío, el propio coordinador regional de IUCM, Eddy Sánchez, ha lanzado este viernes por la mañana un mensaje de agravio en forma de comunicado que alerta de que su "exclusión" de la lista, que califica de "deslealtad y desprecio a la democracia", "no habrá ocurrido en vano".
Sin embargo, la dirección de IUCM no apoya de forma mayoritaria esta postura. Por la tarde, la Ejecutiva regional ha aprobado una resolución en términos similares al comunicado de la mañana por 17 votos a favor y 8 en contra.
"Queremos mostrar nuestra disconformidad con cómo se ha desarrollado el proceso, sobre todo en el tramo final", explican fuentes de la dirección de IUCM próximas al coordinador. Lo que no significa, de momento, que la ruptura sea total ni definitiva: "No lo diría ahora mismo. Significa que tomamos nota".
Otro miembro de la Ejecutiva de IUCM que ha rechazado la resolución explica a eldiario.es que el lenguaje “excesivamente agresivo” coloca a la federación “con sectores minoritarios" como Izquierda Abierta “y ultraizquierdistas y radicales". "No queremos compartir piso con ellos". Nueve componentes de la Ejecutiva han propuesto otro documento que, siendo también crítico con el resultado del CPF del 1 de marzo, recalca los aspectos positivos del proceso, aunque finalmente ha salido el propuesto por el coordinador regional.
Esta “minoría dentro de la mayoría” no contempla, de momento, un escenario de ruptura total. “Esperamos que no sea así, que no haya ruptura. Pero cualquiera puede intuir que hay una actitud agresiva. Espero que logremos reconducir la situación”, asegura una de las personas que se ha opuesto. Desde el otro lado se abunda en este mensaje: “No contemplamos restar, sino sumar”.
Fuentes de la dirección federal de IU, que tiene en Madrid uno de sus sustentos, sí interpretan el gesto como una declaración de ruptura. Si bien la continuidad del proyecto de Cayo Lara puede sobrevivir sin este apoyo, IUCM es la segunda federación de IU por tamaño, solo por detrás de Andalucía, y tiene importante presencia en los distintos órganos de dirección de la coalición.
En busca de la paz interna
Sánchez recuerda en el duro comunicado que “la federalidad no ha de entenderse exclusivamente como una declaración unilateral de deberes” sino que es “un proceso de ida y vuelta (…) que contribuye a forjar la identidad política, cultural y organizactiva de IU”. Y advierte: “Excluir a IUCM de la candidatura a las elecciones europeas supone un duro golpe a la federalidad que no habrá ocurrido en vano”.
El líder de IUCM advierte también de que serán “intransigentes en la defensa de IUCM” aunque también deja claro que “nadie logrará debilitar nuestra voluntad de trabajar en la comunidad de Madrid por el mejor resultado posible para IU el 25 de mayo”.
El comunicado de Eddy Sánchez desliza otro mensaje: el de la búsqueda de la unidad en IUCM. O al menos el acercamiento. Desde su triunfo por la mínima en la Asamblea que lo encumbró a la Secretaría Regional, Izquierda Unida de Madrid ha sufrido importantes peleas internas.
La mayoría de la organización (51%) ha tratado de expulsar de los órganos de dirección a la minoría (49%), lo que ha provocado situaciones paradójicas como el nombramiento de dos secretarias del Área de Mujeres (recurrida en los tribunales internos del partido) o no conocerse exactamente cuál será el método de elección del candidato para el Ayuntamiento de la capital.
Esta situación se ha tratado de revertir en los últimos meses sin mucho éxito, pero lo ocurrido el pasado fin de semana parece haber acelerado los acercamientos. Desde el entorno de Eddy Sánchez se apunta que “una federación de Madrid dividida favorece a mucha gente" y advierten de que "actitudes de este tipo”, en referencia a la exclusión de IUCM de las listas para las europeas, "no van a dinamitar el proceso" de integración. Una integración que, en todo caso, debe ser "real, no numérica; y sin parlamentarizar los acuerdos".